Dick fue víctima de las amenazas de
muerte y de las tenebrosas chuzadas durante la dictadura del uribismo.
Se vio precisado a salir del país y radicarse en la hermana república
centroamericana Honduras. La Fiscalía General de la Nación, le estaba
armando todo un “paquetazo” para justificar su encarcelación, según fue
advertido oportunamente por el periodista colombiano, Holmán Morris.
Es
un periodista internacional que le hace seguimiento a la noticia
prácticamente en todos los países americanos, a excepción de Brasil. Le
impresionó poderosamente la situación colombiana, dedicando gran parte
de su vida periodista en informar y comunicar sobre este conflicto
social y armado de este país sudamericano que ha padecido por algo más
de 50 años.
Desafiando todo tipo de vicisitudes este comunicador
social ha recorrido a Colombia, prácticamente de un extremo al otro, a
lomo de mula, caminando, trotando, desentrañando la verdad y nada más
que la verdad sobre la verdadera historia colombiana, totalmente
ignorada y tergiversada por la clase dominante. Se internó en la selva
asumiendo todos los riesgos para encontrarse con las guerrillas,
conocerlas y comunicar sus plataformas de lucha.
En esa brega
periodística, Dick Thomás Emanuelsson pudo estar cara a cara con los
máximos comandantes de las FARC – EP, el ELN, el EPL, el M-19, también
con los guerrilleros rasos, con los campesinos, con líderes importantes
de izquierda. E incluso, conocer de cerca el pensamiento reaccionario de
la derecha y de la extrema derecha.
A pesar de las crudas
amenazas, volvió a Colombia con el fin de conocer de cerca y de primera
mano el momento histórico que vive el país con el proceso de paz. Sin
escatimar esfuerzos y riesgos, recorrió con Miriam, nuevamente a
Colombia. Llegó hasta las zonas veredales transitorias de normalización,
unas veces bajo la lluvia y en otras bajo el sol canicular. Dick no es
un periodista de oficina, ni de ciudad siquiera.
Visitó la
Guajira, Tolima, Antioquia, Cundinamarca, El Valle y otras regiones del
país. En el Tolima estuvo tres días: 12,13 y 14 de mayo, visitando el
municipio de Cajamarca, conociendo de cerca la lucha del pueblo por la
defensa del medio ambiente y su rechazo absoluto a la presencia de
multinacionales y transnacionales, especialmente Anglo Gold Ashanti.
Habló directamente con los verdaderos protagonistas de esta singular
manifestación de dignidad y defensa de la soberanía nacional: Las
comunidades y sus principales líderes.
También visitó el
municipio de Icononzo, la zona veredal transitoria de normalización en
la vereda La Fila, donde compartió casi todo el día con guerrilleros y
guerrilleras, constatando el incumplimiento del gobierno nacional y la
firmeza ideológica y política de las FARC – EP para asumir el momento
histórico de la dejación de las armas y la continuación de su plan
estratégico desde la lucha política.
Quedó impresionado de la
forma orgánica y consciente como el movimiento guerrillero viene
asumiendo su nuevo rol. En ese sentido, destacó la dinámica en este
asentamiento guerrillero, en el que se destaca un grupo nutrido que se
prepara a todo vapor en el terreno periodístico, por ejemplo.
Criticó
duramente la postura mediática de los grandes medios, afirmando sin
ambages que era el principal obstáculo para sacar adelante el proceso de
paz. “Estos dos canales (RCN y CARACOL), son los principales obstáculos
para que realmente este proceso pueda consolidarse”. Incluso, le restó
importancia a la postura del narcoparamilitar No. 82: “Uribe podrá
gritar mucho – dijo – pero no creo que tendrá éxito en ese sentido”.
Destacó la necesidad de estudiar el
acuerdo para a partir de allí argumentar y enfrentar a los guerreristas y
a su vez, continuar con la labor de concientización del pueblo
colombiano, siguiendo el ejemplo de la comunicad de Cajamarca (Tolima).
“El pueblo con conciencia es imparable”, anotó.
La página web:
www.pacocol.org y el blog:
http://nelsonlombanasilva.blogspot.com.co, se complacen en presentar la entrevista con el periodista Dick Thomás Emanuelsson:
-
Dick Emanuelsson uno de los periodistas más importantes a nivel
internacional, natural de Suecia. Usted conoce este país casi como la
planta de su mano…
No, tampoco; este país es tan grandísimo 1.254
millones de kilómetros cuadrados, es imposible, pero sí he recorrido
algo de este hermosísimo país y claro me impresiona mucho, lo siento
durante un buen tiempo como mi segunda patria. Llegué aquí la primera
vez, hace ya 37 años, en 1980 y de ahí he regresado continuamente a
Colombia haciendo viajes, en giras periodísticas hasta el año 2000,
cuando me instalé en Bogotá acreditado como periodista sueco en Colombia
y duré más de lo que pensaba hasta que me empezaron a molestar
demasiado el último año: 2005, en diciembre de 2005, por todas las
amenazas de muerte y durante este año, me vi obligado a dejar Colombia, a
raíz de esas chuzadas, del escándalo de las chuzadas por el DAS y el
G3.
Bueno de una u otra forma sospechaba que los organismos del
Estado estaban detrás, fue confirmado en febrero de 2009, si no me
equivoco por Holman Morris, mediante un correo electrónico que me hizo
llegar diciendo que tenía una carpeta muy voluminosa en la Fiscalía
General de la Nación, que la Fiscalía en su allanamiento del DAS, en su
sede, había decomisado todo el archivo del DAS y G3 que era un organismo
ilegal adentro del DAS, se confirmó más o menos las sospechas que
tenía.
Bueno, el Colectivo Alvear Restrepo me propuso que
demandara el Estado Colombiano por cuatro razones o casos: El primer
caso, fue Jorge Noguera, el segundo fue, Miguel Narváez, el ideólogo que
anduvo haciendo charlas en los campamentos de los paramilitares y los
otros mandos del DAS G3 con menor rango. No me acuerdo de los nombres
ahora, pero estaban otros dos ahí.
Eso más o menos, regresando
después 11 años y 5 meses, fue para mí el 25 de abril, aterrizamos
nuevamente en Colombia, fue una sensación muy grande, porque como le
venía diciendo, Colombia ha venido siendo como mi segunda patria y sigue
siéndolo, aunque llevo más de 11 años desde que salí de Colombia en
Honduras, una país también hermoso, una Colombia en miniatura,
montañoso, 2 costas: Atlántico y Pacífico, valles muy hermosos, es un
país muy hermoso, pero muy “colombianizado” como dicen los mismos
hondureños, militarizado terriblemente después del golpe de Estado el 28
de junio de 2009.
De todas maneras, el pueblo hondureño, el
pueblo colombiano, el pueblo latinoamericano, a su forma está peleando
por una vida mejor, más digna y llegando a Colombia ahora con ese
proceso, ese acuerdo, firmado entre las FARC y el Estado Colombiano, es
bastante interesante. No pude resistir de otra vez regresar a Colombia,
aunque también los compañeros del Alvear Restrepo me habían recomendado
en el 2012 – 2013, de no llegar a Bogotá, porque nunca se sabe qué tipo
de montaje podría montar contra uno.
Es más o menos, algo de
antecedentes de mi persona como periodista y bueno, aquí estoy en
Ibagué, este departamento Tolima, tan hermoso, muy hermoso.
- ¿Cómo es posible que un periodista sueco se fije en Colombia? ¿Cuáles fueron las causas?Yo
pienso que Colombia desde su punto de vista político es único. Aquí,
hay un Partido Comunista Colombiano legal, aunque legal es un poco
relativo, un Partido golpeado, han intentado prácticamente eliminarlo
físicamente como hicieron con la Unión Patriótica, donde el Partido
llevó un costo muy alto en vidas.
Pero, sí en este momento
también está armado la insurgencia que ha llevado tanto tiempo,
entonces, la curiosidad periodística también me hizo llegar a Colombia y
llegué como le dije en 1980. En ese momento quizás se hizo una vuelta
por toda América Latina durante 4 meses y lo que más me impactó fue
realmente Colombia, en el sentido que hay aquí todos los fenómenos
políticos: Legal y armado. Entonces me interesé mucho sobre este
conflicto tratando de llegar más al fondo.
En el año de 1983,
regresé y entreviste a Manuel Cepeda Vargas, que en ese momento era el
director del Semanario Voz Proletaria, un excelente periodista, un
ejemplo de periodista, ejemplo de valentía también que me impresionó
mucho. Así, poco a poco, fui profundizando los diferentes temas de
Colombia y bueno, como le decía, este país tiene tantas cosas para un
periodista cubrir y bueno, trataba de hacer todo lo que fuera posible,
pero claro, he tenido que cubrir otros países en América Latina, menos
Brasil, entonces el tiempo también tiene su alcance, su limitación.
-
Llama poderosamente la atención que usted fue un periodista que
visibilizó la insurgencia cuando estaba totalmente incomunicada y
entrevistar un guerrillero era un suicidio en Colombia. A groso modo,
¿Cómo sintetiza usted esta gran experiencia?La
primera vez fue en 1988, estaba el acuerdo de la Uribe sobre cese al
fuego tomado por las Farc y el gobierno conservador de Belisario
Betancur y muchos periodistas subieron a Casa Verde y yo aproveché y
llegué a finales del mes de marzo, se iba a realizar la semana siguiente
la II Cumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, donde
estaban todos los movimientos insurgentes en esa época. Fue muy
interesante. Yo estuve cuatro o cinco días antes, incluso, con el
compañero Álvaro Angarita del semanario VOZ La verdad del pueblo,
excelente periodista, viejo amigo, compañero de toda la vida. Estuvimos
ahí, casi dos semanas.
Realmente fue impresionante experiencia
para mí, subir primero tres días en caballo, tres jornadas, llegando de
San Juan del Sumapaz pasando por todo el páramo y llegando después a la
entrada del territorio de las FARC, de la Casa Verde, y después salir
por el otro lado por Cabrera. Y durante una semana la ida arriba, tenía
el privilegio realmente de entrevistar a Manuel Marulanda Vélez, Jacobo
Arenas, los dos legendarios comandantes de las FARC, más otros
comandantes de los otros movimientos guerrilleros: EPL, ELN, M-19,
entrevisté a Vera Grabe, también entrevisté guerrilleros rasos que
estaban ahí, mujeres, un muchacho de trece años que se llamaba John
Jairo, que su relato me impresionó mucho, que su mamá estaba peleando en
un frente y su papá había caído en combate con el ejército y su abuela,
que tenía la responsabilidad de la custodia del muchacho, llegó un día y
le dijo a Jacobo Arenas: “Mira, ahora le toca a usted encargarse de ese
chiquillo, porque yo soy muy vieja y muy cansada de llevarlo todos los
días”. El comandante Jacobo, contestó: “Nosotros no podemos llevar un
niño de solamente de doce años” que tenía en esa época y el chiquillo
decía: “No, yo tengo buena puntería”. Pero, claro, era un niño. Él fue
un escolta de honor de Jacobo Arenas. Estuvo haciendo la guardia afuera
dos, tres horas de la “oficina” de Jacobo Arenas.
Claro, yo le
preguntaba: “¿Tú no tienes ganas de ir al cine como matiné, ir a comer
dulces en la ciudad?” Me contestaba: “Sí, sí, pero después de la
guerra”, me dijo el muchacho.
Después supe, a los 25 años tuvo su
propia escuadra y pasaron otros años, y como tantos otros, tal como los
sacrificios que tiene esta guerra, él murió en un combate con el
ejército, cuando ya tenía más o menos 30 años.
-
Usted tuvo la oportunidad de entrevistar a legendarios comandantes no
solamente de las FARC, sino de otras organizaciones guerrilleras. ¿Qué
concepto tiene – por ejemplo – de Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas?Pues,
uno se imagina un legendario guerrillero que fue Marulanda, con su
uniforme camuflado, con su fusil, hablando de los combates… Realmente
fue una gran sorpresa, porque él ni tenía camuflado, tenía su gabán,
tenía un suéter, una camisa, su toalla verde en uno de sus hombros y
hablando de la necesidad de una nueva constituyente, una nueva
legislación, una nueva Colombia en paz, donde los trabajadores, los
obreros, los campesinos, los estudiantes, tuvieran verdaderos derechos.
Es decir, llenar el eslogan, la consigna de la justicia con contenido
social, verdadero contenido social.
Ese fue, digamos en marzo y
abril de 1988, cómo es la vida, la ironía de la vida, en las elecciones
de 1988, justamente de gobernadores, diputados, alcaldes, concejales,
fue la primera vez en este año, esta elección fue fruto del acuerdo
entre las FARC y el Estado colombiano del año 1984, mes de mayo, eran
reformas que se iban dando poco a poco.
Ahora, sobre la
Constituyente fue una cosa fatal, porque el mismo día que al pueblo
colombiano realmente fue a las urnas para elegir los delegados y
delegadas a la asamblea nacional constituyente, el ejército nacional,
por orden del presidente Cesar Gaviria Trujillo, ordenó el bombardeo de
Casa Verde, rompiéndose así el cese al fuego y se perdió diez años y
muchas vidas humanas, muchos combates. Pensaron que iban a terminar en
un dos por tres a unos viejitos como les decían a los miembros del
secretariado, pero lo que pasó fue que realmente la guerrilla de las
FARC, bueno tuvieron que retirarse a la montaña, a la selva, a las
diferentes trincheras del combate contra el ejército y ahí se reforzó
tremendamente durante toda la década de los 90s. Me acuerdo de un
general que se llamaba (No recuerdo su nombre ahora) que en el año de
1996, ante las grandes ofensivas de la insurgencia de las FARC, dijo:
“Hay que tomar medidas drásticas si no las fuerzas militares colombianas
van a perder esta pelea militar con la insurgencia que está creciendo
fuertemente”.
Si usted recuerda también, presentaron los mejores
expertos en la política exterior del Departamento de Estado, que eran
los republicanos, hicieron varios documentos Santafé, Santafé 1, 2 y 4,
Santafé 3, parece que nunca lo publicaron oficialmente, pero en Santafé
2, de ese documento advertía esos expertos internacionales sobre la
política exterior de los Estados Unidos, si no toma medidas, rápidas y
drásticas en el caso colombiano, el Estado colombiano puede caer en
manos de esta guerrilla.
Era una época muy, muy interesante, pero
como le digo, las impresiones de Marulanda y también Jacobo Arenas
fueron muy grandes para mí, realmente una orientación para entender un
poco el complejo panorama colombiano que ha sido siempre este país.
- ¿Alguna anécdota en especial con los comandantes Manuel o Jacobo Arenas?Bueno,
tengo una anécdota bastante chistosa, es que había también con los
delegados de los otros movimientos guerrilleros en esa segunda cumbre de
la Coordinadora. Era una noche cultural. Bueno, como sueco soy un poco
tímido, pero cada uno de los que estábamos como invitados, teníamos que
entregar algún tipo de actividad cultural. Álvaro Angarita y yo,
cantamos alguna canción, hicimos un chiste sobre Augusto Pinochet:
Pinochet estaba enterrado hasta el cuello en el desierto Atacama en el
norte de Chile, entonces, pasó un campesino y Pinochet gritaba:
¡Ayúdame! ¡Ayúdame! ¡Ayúdame! Pobre campesino, es que estoy mal y
herido. El campesino lo miró y le dijo: No, lo que pasa es que está mal
enterrado” y con el zapato se lo puso encima. Marulanda, estaba pasivo
escuchando. Al otro día, me paró. Me dijo: “Oiga, cuéntame otra vez ese
chiste, fue que no lo entendí muy bien”. Quizás, por mi mal español de
esa época, era medio sueco. Entonces, le conté otra vez el cuento.
Marulanda, que era un hombre bastante serio, a cambio de Jacobo que era
más abierto y risueño, se puso a reírse mucho. Cayó la moneda al otro
día.