Santos, Uribe y los dos candidatos presidenciales,
los guerreristas Vargas Lleras y Ordóñez. ¿Qué será de Colombia con semejante panorama? |
Los náufragos
Editorial ANNCOL
La crisis actual del régimen se asemeja a un gran naufragio
en un mar embravecido. Del barco semihundido solo quedan a flote dos náufragos:
Uribe Vélez braceando solo, pues sus compinches excepto Jose Obdulio e Invercolsa
Londoño están enjaulados. Y a pocos metros bracea Juanpa, a quien no le queda
puesta sino la camiseta del proceso de paz, pues sus otros ropajes de mimetismo
o camuflados se los ha ido quitando el mar de contradicciones de la crisis
general; la crisis de la justicia y la doble moral; la crisis económica
agravada por el precio del petróleo; la crisis política y electoral, pero por
sobre todo, el estallido de la ficción obsesiva que ha tenido el régimen
durante los últimos 200 años de “tener el monopolio de las armas”, que nunca
¡nunca! ha tenido y que ha sido puesta en evidencia por la “desmoralización
irreversible” de las FFMM y ha permitido o hecho posible; la captura del “supergeneral”
Alzate en noviembre de 2014 por las FARC y ahora, la eliminación de toda una
TASK FORCE combinada colombo- gringa en el Cauca, este 15 de mayo 2015, y que
le mostró al país y el mundo (no los periódicos de España con igual nombre)
sino ante la globalidad universal, el hecho cruel por lo real denunciado con
amargura por uno de los soldados sobrevivientes : “en tierra, sin ayuda aérea,
no somos nada y cuando la solicitamos no vinieron”, lo que remite a la
siguiente pregunta:
¿De qué le han servido al Bloque de Poder Contrainsurgente
Dominante, 70 de guerra sucia asimétrica contrainsurgente, con un gasto publico
de 6 % del PIB durante todos esos años, con toda esa tecnología militar de
punta, incluida la tecnología atómica denunciada por Atilio Borón, dotada por
los EEUU, Gran Bretaña, e Israel, la que también incluye los mercenarios,
llamados “personal civil” cuando caen en combate?
Al parecer de poco o de casi nada, porque el tan ansiado
monopolio de las armas por el “Estado legítimo” no ha pasado de ser, eso, una
terrorífica ficción obsesiva que, hasta hoy no se ha correspondido con la
realidad y que conste que no mencionamos los hechos de armas contundentes y
continuados de las demás Insurgencias.
Y entonces, en ese mar turbulento, los dos náufragos en
mención avistan un salvavidas inflado con el aire caliente del militarismo, de
los dineros de la oligarquía casa-teniente y los votos de sus clientelas
adictas: Es el vicepresidente Vargas Lleras, de quien ambos creen los va a unir
momentáneamente y los llevará a lugar seguro, que los sacará indemnes, sin un
rasguño y sin una sola reforma, no solo a ellos dos, sino a todo el Bloque de
Poder Contrainsurgente Dominante que dirigen, y así, ambos desesperados,
bracean hacia el salvavidas a ver quién de los dos lo agarra primero. En eso
estamos.
Pero los dos náufragos en su desespero, no han reparado en
otro salvavidas que flota más lejos, o mejor lo han subestimado porque no
representa ningún interés económico serio, porque no es más que un burócrata
judicial caga-tinta y quema-libros, que tiene en su cuerpo una cruz (no la cruz
roja humanitaria, ni la blanca de la bandera suiza) sino la cruz negra de los
milicianos ultramontanos fachos de Cristo Rey: Es el procurador Ordóñez, quien
flota sonriendo mostrando sus colmillos y esperando tranquilo el ahogamiento
natural de los dos náufragos para ponerse él. Y en eso estamos.
El afán de Juanpa por
llegar al salvavidas de las próximas elecciones, le impide ver otras opciones,
por ejemplo, en lugar de tratar de encontrar un pronto y serio acuerdo con la
insurgencia, para resolver mediante reformas el estruendoso naufragio del
régimen, cada vez que la insurgencia lo desnuda a él y su “terrorífico
monopolio de las armas”, bufa amenazante, tartamudea y arruga el ceño como si
fuera el general Mora Rangel: Cuando el supergeneral Alzate suspendió los
diálogos de la Habana.
Ahora vuelve a ordenar los bombardeos aéreos (que nunca se
suspendieron) y sin los cuales no son nada en tierra.
¿Habrán pensado los dos náufragos, junto con los dos
salvavidas y los que los apoyan, lo que sucederá si el proceso de paz se rompe
(ojala esto nunca ocurra) y las FARC junto a las otras insurgencias, logran
resistir los cuatro añitos del periodo presidencial de Vargas Lleras, o de Ordóñez?