Guerrilleras y compañeras de Alexandra Nariño cruzan un río en la selva. Ya esta el acuerdo de paz en el papel que silencian los fusiles. Pero ¿habrá paz? FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
La holandesa y guerrillera de las FARC, Alexandra Nariño: “Mi compromiso con la lucha sigue
intacto”
POR DICK EMANUELSSON
Habla exclusivamente a Resumen Latinoamericano la guerrillera e
internacionalista holandesa Alexandra Nariño (FARC-EP) sobre los cuatro años de
negociaciones por una Colombia en Paz. La entrevista se realizó unos días antes
que las dos delegaciones de Paz informaron el mundo que habían llegado al final
de las negociaciones en la Habana.
Casi cuatro años de negociaciones
sobre la Paz en Colombia; ¿cómo valoran las Farc lo acordado cuando faltan solo
unos detalles para acordar?
– Han sido cuatro años en que indudablemente se han logrado conquistas
importantes para la democratización del país. El acuerdo sobre la solución al
problema de las drogas ilícitas, por ejemplo, es un esperanzador documento que
demuestra un cambio en la visión que se tiene sobre este flagelo. Se pasa de un
tratamiento meramente punitivo al entendimiento que el cultivo de coca es un
problema social, y que son los grandes narcotraficantes los que deben ser
perseguidos y procesados, no el campesino que no tiene otros medios de
subsistir.
– El tema del consumo es tratado como un problema de salud pública. Son
avances muy dicientes, en un país en el que el pequeño cocalero ha sido
castigado con persecución y por encima fumigaciones. En cuanto a justicia,
creemos que se logró llegar a un acuerdo que superó ya la visión punitiva de la
justicia (“llenando cárceles no se construye país”), pero sin caer en el
intercambio de impunidades.
En conclusión, hay muchos aspectos interesantes que, claro está, hasta
el momento solo están en el papel. La implementación de todos ellos va a ser
clave, y para eso necesitamos a la comunidad internacional, para que juegue un
papel como veedores, acompañantes y verificadores de los acuerdos.
¿Cuál ha sido el tema
más complicado?
– El tema más complicado tal vez haya sido el hacerle entender al
gobierno que la guerrilla no llegó derrotada a la Mesa, que somos una fuerza
social y política que tenemos unos planteamientos serios y una base social.
Considero que es relativamente normal que en una guerra se utilizan los medios
de comunicación para crear una imagen desastrosa del enemigo. Pero creo que es
bastante nefasto para unas negociaciones, cuando el gobierno empieza a creer
esos imaginarios creados por los medios. Esto le ha llevado en algunas
ocasiones al Gobierno a tratar de tomar decisiones unilaterales, y la guerrilla
reiteraba, una y otra vez, que en la Mesa había dos partes sentadas, que el
diálogo es entre dos, que el proceso de paz no se podía convertir en un
monólogo ni en una imposición.
Durante el tiempo en La Habana la delegación de las Farc ha tenido
varios eventos con movimientos sociales que han llegado desde Colombia, entre
ellos mujeres. ¿Ha sido para los delegados de las FARC también un aprendizaje?
– Claro que sí. Hemos aprendido mucho y en muchos campos diferentes.
Aquí el intercambio con diferentes organizaciones sociales ha sido muy
fructífero y cada vez más numeroso. Al principio el gobierno era más bien
reluctante frente a la participación de la sociedad en los diálogos, pero a
medida de que el proceso haya ido avanzando, se ha vista cada vez más
participación. Se recibieron delegaciones de víctimas del conflicto,
representantes de organizaciones de mujeres, de la población LGBTI, de las
comunidades negras, de las comunidades indígenas, estudiantes, profesores,
¡hasta empresarios! De cada uno de ellos y ellas se aprende algo sobre el
conflicto en Colombia, sobre la necesidad de pararlo, sobre la reconciliación,
pero también sobre la necesidad de luchar por los derechos de las mujeres, por
ejemplo.
Una europea que pelea en la selva
colombiana. Me imagino que los medios de comunicación, más uno u otro político
de la derecha holandesa, se han expresado sobre tu presencia tanto en Colombia
como ahora en La Habana.
– Pues, realmente. Al principio la reacción de los medios holandeses fue
abrumadora y muy negativa en el sentido de que se trataron durante un tiempo de
descalificar mi papel de diferentes maneras, tildándome de carita bonita, arma
mediática y disminuyendo mi papel real aquí. Pienso que a la medida que el
proceso de paz ha ido avanzando, hemos podido abrirnos un espacio para mostrar
una realidad que mucha gente desconocía totalmente, incluso dentro de Colombia.
Es decir, se han ido desmontando muchos mitos que existían sobre nosotros y en
casi 4 años de diálogo hemos demostrado todos los días que somos una
organización esencialmente política, eso ya hoy día nadie lo niega. Es otro
punto de partida ya, también para mí como integrante de la organización.
El proceso que viene ahora y la
transformación de las Farc a una organización política sin armas, ¿hay muchos
nervios en juego entre los delegados y cuál es el sentimiento de los
guerrilleros allá en Colombia? ¿Cómo concretamente trabajarán desde que el
guerrillero entrega su fusil y comienza una nueva vida? ¿Van a disolverse o seguirán
en forma orgánica cada frente con nuevas tareas colectivas?
– Primero hay que dejar muy en claro – y lo explico porque en otros
países la gente a veces tiene ideas equivocadas al respecto – que las FARC-EP
éramos una organización político-militar que por necesidad luchaba en la
ilegalidad. Y que ahora vamos a hacer el tránsito hacia una organización
política no armada que va a ocupar espacios electorales y políticos legales
para seguir haciendo política.
Guerrilleros del Bloque Caribe de las FARC. Ahora les esperan solo tareas políticas-no armadas.FOTO: DICK EMANUELSSON. |
– No diría que “nervios”; más bien utilizaría la palabra expectativa,
tanto para nosotros los delegados aquí en La Habana como la guerrillerada allá
en Colombia. Queremos seguir cohesionados y en esa dirección estamos haciendo
todos los planes para el futuro. Queremos hacer política, porque es el espacio
por el que hemos luchado durante tantos años. No nos vamos a disolver para
irnos todos para nuestras casas. No tendría sentido, habría sido en vano la
lucha. Seguiremos luchando por los objetivos que nos hemos propuesto todos
estos años, ahora por la vía democrática de masas: la toma del poder para el
pueblo colombiano.
– Como se sabe ya, nos vamos a organizar primero en Zonas Veredales
Transitorias de Normalización, donde va a tener lugar la dejación de armas en
fases, pero donde al mismo tiempo se va a intensificar la educación y la
formación profesional de la gente, y donde también se va a seguir haciendo política
desde la base, como siempre lo hemos hecho en los territorios donde operamos.
Al mismo tiempo se debe iniciar la implementación de los acuerdos y la creación
de proyectos productivos para estas áreas. Todas estas cosas están siendo
discutidas en este momento, pero las líneas generales están claras.
¿Permitirán las fuerzas guerreristas colombianas&imperialistas el trabajo político de la Nueva Fuerza Política que surge con la firma defintiva del Acuerdo de Paz entre las FARC y el Estado Colombiano? |
¿Qué será de Alexandra Nariño cuando
se firma la paz? ¿Volverás a Holanda o seguirás en Colombia?
– Mi compromiso con la lucha sigue intacto. Pienso que en Colombia queda
mucho por hacer; la firma del acuerdo debe ser el inicio de nuestra
participación política, de la implementación de planes y programas en el tan
olvidado campo, de la erradicación voluntaria de cultivos de coca, acompañada
de inversión social en esas comunidades, de la búsqueda de la verdad y la
reconciliación. ¡Son muchas cosas las que tenemos por
delante!
Entrevista
con Alexandra
Nariño (Tanja Nijmeijer) en noviembre 2012 en
La Habana: