Un faksimil del semanario VOZ donde fue publicado el siguiente artículo. |
Desde Bogotá: Conspiración contra Cuba
Alberto
Acevedo *
Un
pequeño aquelarre anticubano, con generoso patrocinio del Departamento de
Estado de los Estados Unidos, se reunió en Bogotá la semana pasada, tras el
disfraz de ser un taller de capacitación para organizaciones no gubernamentales
Durante los días 4 al 10 de septiembre
pasado, el Hotel Tequendama en Bogotá fue escenario de una curiosa reunión de
organizaciones no gubernamentales, y la participación de académicos, la mayoría
de ellos vinculados a la Universidad Nacional, convocados con el propósito de
adelantar una ‘capacitación’ en técnicas de elaboración de ‘informes sombra’,
que son presentados a foros internacionales, como las Naciones Unidas, para
desvirtuar o avalar la gestión de diversos gobiernos.
En el caso de la reunión de Bogotá la
semana pasada, el objetivo era la construcción de informes de derechos humanos
de organismos que trabajan con población LGBTI.
Pero la misión humanitaria de la
reunión, en realidad es una fachada. El evento fue organizado por el Instituto
Raza, Equidad y Derechos Humanos, IRED, que fundó y dirige Carlos Quesada, un
cubano-americano residente en Estados Unidos, que recibe copiosos recursos del
Departamento de Estado y de las agencias norteamericanas de inteligencia, para
adelantar programas anticubanos en el exterior, utilizando, consciente o
inconscientemente, a organizaciones no gubernamentales diversas, para darle un
ropaje de “sociedad civil” a lo que en realidad es una conspiración contra la
revolución socialista en Cuba.
Los ‘informes sombra’, en general, son
herramientas de las ONG para vigilar a los Estados y demandar el cumplimiento
de ciertas políticas en materia de derechos humanos. Usualmente, las ONG
presentan informes alternos a los que los gobiernos presentan ante organismos
internacionales. Pero en el caso de Cuba, son las agencias de inteligencia de
los Estados Unidos las que se mimetizan a través de ONG, tanto cubanas como
extranjeras, para construir un remedo de ‘sociedad civil’, que en el fondo no
son más que grupos de conspiración contra la revolución.
Apoyo
colombiano
De la cita de la pasada semana en el
Tequendama, una fuente cercana a la reunión se puso en contacto con este
semanario y se refirió a las intenciones de capacitar un grupo de personas que
apoyaran actividades subversivas en Cuba. La reunión de Bogotá, coordinada y
financiada por el IRED, no es la primera que se realiza en Colombia. Eventos
similares se realizaron con anterioridad en Cali, Cartagena y Barranquilla.
La reunión de Bogotá contó con la
colaboración de Wilson de Jesús Castañeda Castro, presidente de la organización
‘Caribe Afirmativo’ y forma parte de uno de los proyectos anticubanos
presentado por Quesada, financiado por el Departamento de Estado con un aporte
de 800.000 dólares.
Quesada ha vendido desarrollando estos
programas contra Cuba desde el año 2011, para potenciar a grupos
contrarrevolucionarios, como el Comité Ciudadano por la Integración Racial,
CIR, la Mesa de Dialogo de la Juventud Cubana, las denominadas Damas de Blanco
y una organización de juristas identificada como Cubalex. Todas ellas han
recibido un jugoso financiamiento para presentarse como representantes de la
sociedad civil cubana ante diversos organismos regionales e internacionales.
Los
financiadores
Los organismos norteamericanos que
entregan esos fondos y organizan la preparación y entrenamientos de líderes,
son el Buró de Democracia y Derechos Humanos y Trabajo, DRL, perteneciente al
Departamento de Estado y otras entidades como la Fundación Nacional para la Democracia,
NED, el Instituto Republicano Internacional, IRI, el Instituto Nacional Demócrata,
NDI, y, desde luego, la USAID, que tiene un negro historial de actividades
desestabilizadoras contra gobiernos progresistas a lo largo y ancho de la
geografía latinoamericana.
Cada año, el Congreso de los Estados
Unidos aprueba un presupuesto que oscila entre los 20 mil millones de dólares,
para financiar programas desestabilizadores contra los gobiernos progresistas
de la región. La mayor parte de ese presupuesto, orientado específicamente
contra Cuba Socialista, lo entrega a organizaciones de fachada, como las arriba
mencionadas, que se encargan del trabajo sucio, que ya no pueden hacer la CIA,
el FBI o la DEA.
Miran
a sectores vulnerables
En América Latina se apoyan en
organizaciones que posan de defensoras de derechos humanos, como el Centro de
Desarrollo de la Mujer Negra Peruana, Cedemunep, y en Colombia, el Instituto de
Ciencias Políticas Hernán Echavarría Olózaga, el Movimiento Nacional Cimarrón,
que lidera Juan de Dios Mosquera y el ya citado Caribe Afirmativo.
En 2011, Juan de Dios Mosquera viajó a
Cuba para participar en un evento contrarrevolucionario, organizado por Juan
Antonio Madrazo Luna, líder del CIR. A su regreso, Mosquera publicó un artículo
en la revista Isla, donde afirmó:
“Desde esta, mi primera visita a Cuba, y luego de los sucedido ayer, voy a ser
un misionero para derrumbar ese mito romántico sobre la eterna revolución de
Cuba, que ahora entiendo ha fracasado y es inviable a la vuelta de más de medio
siglo. Está tan decrépita como el propio Fidel Castro, como las casas de La
Habana, como los carros de Cuba”.
Estados Unidos considera que sectores
como los afro descendientes, la población LGBTI y la juventud, son vulnerables
y susceptibles de ganar para aventuras contrarrevolucionarias en Cuba y por eso
financia con jugosas sumas, iniciativas que se orienten en esta dirección. Y se
apoya en organizaciones similares en América Latina, para darle un ropaje de
legalidad a tan protervo propósito.
* Periodista del Semanario
VOZ, órgano central del Partido Comunista Colombiano, PCC
Foto
1.- Juan de Dios Mosquera
Foto
2.- Wilson de Jesús Castañeda
Foto
3.- Los hilos de la CIA