Entre espías, diplomáticos y agentes
Por Dick Emanuelsson, “chuzado”
Fue
en la misma época cuando los grupos paramilitares legalizados por Uribe, las
Convivir, operaban en Colombia. Internet
rompió el monopolio de El Tiempo, RCN y Caracol, voceros del Poder Fáctico
y Terrorismo de Estado en Colombia.
La lucha contra el cierre del hospital San Juan de Dios. FOTO: DICK EMANULESSON. |
Los
trabajadores en el Hospital San Juan de Dios, que luchaban por el hospital y
sus puestos de trabajo, de repente tuvieron una tribuna donde pudieron dar su
opinión masivamente. La insurgencia colombiana, durante más de 35 años había sido
catalogada como demonios en la misma prensa, ahora alguien daba otra cara del
conflicto que no solo era armado sino también social.
No
les gusto a los voceros de los medios corporativos, los gobernantes, los
oligarcas para no hablar de los generales, estos últimos fueron analizados en
internet y cada lector podía sacar sus propias conclusiones.
En
Colombia el periodista corría el riesgo y cada año el país lideraba la lista de
los países en donde el comunicador social fue silenciado físicamente.
También
en el exterior llegaron los tentáculos para amedrentar a la solidaridad con los
trabajadores y luchadores colombianos, enviando sufragios & amenazas
de todo tipo. Porque si el periodista serio aplicaba, para su supervivencia, la
autocensura, pues en el exterior no sentíamos esa presión.
Tres
años después de la nota de solidaridad de Voz arribé para acreditarme por
tiempo completo en Bogotá. Lo último que me dijo la secretaria o el cónsul colombiano
en Estocolmo, que ponía el sello de permiso de trabajo en Colombia por dos
años, fue:
“Por
lo menos Ud. tiene quien lo defienda”.
¿Quién
será? le pregunté.
“Marulanda”,
respondió la señora diplomática allá en el barrio de la aristocracia sueca en
Estocolmo.
Y sí
así era el pensamiento del cuerpo diplomático colombiano, ¿cómo no pensaría los
organismos de seguridad o la inteligencia militar colombiana?
La
respuesta fue confirmada durante todo el año 2005 a través de amenazas, no de
distancia lejana entre Bogotá y Estocolmo sino allá mismo en Bogotá, al teléfono
del apartamento que alquilé.
Álvaro Angarita. |
Soporté
las amenazas durante un año hasta que colegas y compañeros, como Álvaro
Angarita de Voz u otros, casi me obligaron de irme del país que había sido mi
sede en América Latina durante más de cinco años.
Allá
en Estocolmo, el primer secretario de la embajada colombiana, Ernesto Yamhure,
fue reemplazado y sacado de la carrera diplomática después que lo desenmascaré
como un simple espía en contra los exiliados colombianos en la capital sueca.
Su
compinche Jorge Noguera ya me tenía bajo la lupa en Colombia y cuando la
Fiscalía, en febrero de 2009 entró a la sede del DAS y decomisó lo que quedaba
del archivo de la Policía Política Secreta, de la Presidencia encontraron una
carpeta con 476 folios de documentación
sobre mi labor legal y abierta en el país más hermoso del mundo.
En
el folio No
3, los agentes del DAS-G3 me tildaban como “ideólogo de las Farc”, en su
reporte a sus superiores. Me acordé las palabras de la diplomática colombiana
en Estocolmo sobre mí “Escudo”.
El autor de la nota en uno de los reportajes en Colombia. |
Fue lindo leer nuevamente la crónica y la solidaridad que Carlos Lozano y Jaime Cedano,
en representación del semanario Voz, me brindaban esos días en abril 1997, de
cartas y llamadas. Y doy gracias al ex jefe de la redacción de Voz, Roberto
Romero que me facilitaba ese recorte y varios otros de gran valor personal para
mí. Son elementos para un libro.
Esas
expresiones del Terrorismo de Estado son muestras que no estamos tan mal parado
en la cobertura periodística y las conclusiones políticas. Reaccionan, aunque no con respeto. . .
Jorge
Noguera fue sentenciado a 25 años de cárcel en el primer juicio por haber
entregado a los paramilitares nombres y apellidos de esos archivos de personas
opositores al régimen de Álvaro Uribe.
E. Yamhure, 2005. Foto: D.E. |
Ernesto
Yamhure fue nuevamente desenmascarado como un asalariado y asesor político de
Carlos Castaño, el jefe paramilitar, que según la fiscalía era responsable por
la muerte de 150.000 colombianos.
Y el
mismo señor Uribe esta un pelito de ser enjuiciado como Padrino de todo malo
durante una época muy oscura y sangrienta en ese hermoso país.