Una guerrillera del Bloque Caribe de las FARC-EP en puesto de combate. FOTO: DICK EMANUELSSON. |
“Nosotras aquí, antes que ser mujeres somos combatientes”
Los rostros de las
guerrilleras de las FARC. El caso de la guerrillera Catherine Miller:
“Un día decidí que la
mejor manera de luchar y de aportar para que nuestro país en un futuro sea
mejor era empuñar las armas”
POR DICK EMANUELSSON
SUR de COLOMBIA / ABRIL
2005 / En los medios de comunicación las guerrilleras son descritas como simples
objetos sexuales de los comandantes. Los autores de esas notas generalmente
nunca han visitado un campamento y menos de haberles hablado. Con la
guerrillera CATHERINE MILLER tocamos ese u otros temas en la siguiente
entrevista:
Entrevista con CATHERINE MILLER (50 min.).
·
Cuéntame un poco de tú vida, eres costeña. ¿Por qué llegaste a tomar una
decisión tan drástica como incorporarte al movimiento guerrillero? ¿Cómo era tu
infancia?
– Yo vengo de una familia
humilde, como es la procedencia de casi la gran mayoría de los guerrilleros que
decidimos en algún momento ingresar a las FARC. Mi padre era un empleado del
gobierno y mi madre ama de casa. Fui creciendo en medio de las dificultades, de
las penurias propias de Catherine, un hogar pobre, donde solamente nos
sosteníamos solo con el salario de mi padre. Éramos muchos hijos, éramos cinco
hijos.
·
Es bastante normal en la costa, ¿no?
– Sí, es bastante normal,
(y se ríe), aunque, de todas maneras es un número grande para sostener con un
solo empleo y mi madre solamente hacía las labores de las casas de lo
cotidiano.
·
Cuando tú dices que tu papá era empleado del gobierno, en mí país suena
como un puesto bastante, pero aquí los empleados del Ministerio de gobierno
también significa trabajadores de cualquiera.
– Sí, sí. Un trabajador
promedio gana de pronto un poquito más que el salario mínimo. Pero aquí ser un
empleado del Gobierno no tiene, a menos que no sea un gran puesto de empleado
en un ministro como embajador, o algo así de alto rango, digamos así que tienen
sus buenos salarios. Los restos de los empleados oficiales, como por ejemplo
los maestros o empleados que trabajan con el estado pero no devengando grandes
salarios. Si, un salario de pronto un poquito más que el mínimo. Pero de todas
maneras es insuficiente para sufragar los costos. No teníamos casa propia, no
teníamos nada de otra cosa de qué vivir sino el salario de mi padre.
– Así fue pasando la
infancia en medio de las dificultades, medianamente pudimos estudiar y cuando
fui creciendo de pronto el hecho de estar en una familia con tantas penurias, y
viendo la situación del país, eso me fue motivando. También el hecho de que mi
papá era sindicalista. Él también hacía su lucha ahí a través de los sindicatos
del Estado. Entonces tenía ideas de la lucha, de que había que luchar por tener
mejores salarios, que las huelgas. . . que no sé qué. Y ya estudiando también
me fui dando cuenta de eso.
– Por ejemplo; cuando
estaba en el bachillerato luchábamos en contra de los bajos presupuestos. Yo
estudiaba en un colegio público que acá son pésimos. Porque el estado no les da
los recursos suficientes. Las condiciones son pésimas. Medianamente se aprende
algo allí. Me fue motivando y escuchando las noticias, escuchando todo lo que
hay en nuestro país. Un día decidí que la mejor manera de luchar y de aportar
para que nuestro país en un futuro sea mejor era empuñar las armas. Porque
también he tenido conocimiento desde muy niña, de que quien lo hace por la vía
legal generalmente es asesinado, desaparecido o torturado. Tuve experiencias
cercanas, porque compañeros de mi padre, algunos por ser sindicalistas, fueron
asesinados. Otros eran encarcelados. En la casa siempre vivimos eso, vivimos de
que el Estado a través de su ejército, de su policía o a través de sus
organismos de seguridad reprimía a los pobres, a quien luchaba. ¡Yo quiero
luchar pero yo no quiero morir así tan rápido! Sino morir pero de pronto
luchando, peleando y no así tan fatal.
·
¿Tú también te incorporaste a la Unión Patriótica (UP)? ¿Estuviste cerca a
ese Movimiento Político que nació en en la sombra del Acuerdo de Cese al Fuego
de 1984 entre el gobierno de Belisario Betancour (conservador) y las FARC?
– Sí, sí, también estuve
un poco por ahí, siendo estudiante y conocí el movimiento de la Unión
Patriótica, me vinculé. Allí también vi la misma experiencia. Mucha gente que
conocí de la Unión Patriótica fue asesinada, solamente por hacer sus
planteamientos. Porque yo era testigo de que esa gente no luchaba con las
armas. Era testigo de que no eran guerrilleros, yo veía que eran personas
comunes y corriente, eran obreros, amas de casa, líderes populares, era gente
sencilla, gente del pueblo, gente pobre que veía en la Unión Patriótica la
posibilidad de que a través de ese gran movimiento llegar al poder sin armas, o
sea por la vía política y legal. Y miren, los muertos de la Unión Patriótica
son alrededor de casi 5000 (el año 2005) y que el movimiento fue prácticamente
exterminado.
·
En ese departamento que tú vivías (Cesár), trabajaba
también Ricardo Palmera como líder de la UP. Palmera fue posteriormente más
conocido como Simón Trinidad. ¿Qué te recuerdas de esa época? Él también
tuvo que irse a la montaña como tú para no ser asesinado.
– Tuve la
oportunidad pues como costeña de conocer muchos dirigentes y de conocer mucha
gente que luchaba. Tuve la oportunidad de conocer a Ricardo Palmera o sea Simón
Trinidad, siendo el gerente de un banco. Era conocido en los pueblos
pequeños. A él lo admiro profundamente. Lo admiro, porque no es lo común dentro
de la guerrilla, que personas como él, que han tenido la posibilidad de tener
una posición económica y social muy por encima del nivel de la gran mayoría de
los guerrilleros haya decidido, por conocimiento y por las injusticias que veía
tomar las armas. Digo por conocimiento. Porque tengo entendido que él estudiaba
mucho el marxismo. Todo eso lo llevaba a complementar en lo práctico, lo que él
veía de pronto él no padecía en carne propia. Pero sí, veía que había mucha
injusticia, que el estado no resolvía los problemas, que la gente vive en la
penuria, la cantidad inmensa de problemas que hay en este país. También la
falta de la de la libertad de expresión. Si él hubiera tenido la posibilidad de
participar en un movimiento amplio, legal y que no fuera reprimido, lo hubiera
hecho como muchos de nosotros pudimos haberlo hecho. Pero en este país no hay
las condiciones, es que no las hay. De haberlas creo que no sería necesario
empuñar las armas sino luchar por esa vía. Pero como no las hay, el mismo
gobierno, el mismo estado es el que nos obliga a tomar las armas para defender,
no solamente nuestra vida, sino nuestras ideas.
Simón Trinidad, como civil Ricardo Palmera. FOTO: DICK EMANUELSSON. |
·
En el libro “Baile Rojo”, sobre el genocidio político en contra de la UP, y
en el primer capítulo se habla justamente sobre Simón Trinidad, que viene de
una familia adinerada. ¿Cuántos años tenías tú cuando tomaste la decisión de
empuñar las armas?
– La decisión de irme al
monte no fue así de la noche a la mañana. Yo estaba en la lucha estudiantil y a
través de esa lucha tuve un conocimiento más amplio de algunas cosas. Allí fui
conociendo muchachos y muchachas que eran del campo, aunque vivían en la
ciudad. Ellos tenían la oportunidad de vivir en el campo y de conocer la
guerrilla personalmente. De esas cosas que uno va hablando y se va comentando .
. . entonces sí, me comentaba no exactamente de las FARC, decían “que mira, que
sí, que esa gente lucha, que nos han explicado bien cuáles son sus
planteamientos”. Eso me motivó. Entonces cualquier día decidí, yo quiero
luchar. Pero de todas maneras, no hice una vinculación así de una vez con mis
tres trapos e irme para el monte, sino que subí (a la montaña), hablé mucho con
los guerrilleros. Ellos me explicaron mucho sus sus planteamientos, sus
estatutos, porque hay unas normas internas de convivencia y hay un estatuto un
reglamento de régimen disciplinario que normatiza nuestra vida y
comportamiento. Yo tuve conocimiento de eso antes de ingresar.
·
¿No fue como a veces dice la prensa acá en Colombia, que fuiste reclutada
por fuerza?
– No, no, no, no. Es más;
aquí hay mucha gente que quiere entrar [a las FARC] y a veces no reúne los
requisitos. Se puede vincular a otro tipo de organización nuestra [como la
milicia urbana], pero no directamente empuñar las armas y ser un guerrillero.
·
¿Cómo fue el primer tiempo cuando ya tomaste la decisión drástica de irte
al monte?
– Siempre para mí por ser
criada, de todas maneras, no en una gran ciudad, pero era un pueblo, o sea
tenía lo más pesado que cargaba era el lapicero para escribir una cuchara para
comer, un libro para leer o los trabajos cotidianos de la casa que barrer.
Cosas así que no implicaban gran esfuerzo físico. Ni estaba acostumbrada a
caminar en el monte, andar de noche, o trabajar materialmente, de hacer más
esfuerzo físico para trabajar. Fue muy difícil, muy difícil. Porque implica
mucho sacrificio. Pero si uno está convencido de los ideales y de por qué
lucha, esos sacrificios uno los va superando, haciendo un esfuerzo y de pronto
uno no es exactamente igual que una mujer del campo. Pero sí, puede cumplir
muchas tareas de las que ellas cumplen como ellos tienen que hacer el esfuerzo
por aprender muchas cosas que nosotros traemos de la ciudad, de pronto algunos
otros conocimientos, por tener la oportunidad de haber estudiado y otras cosas.
Aquí las FARC es un movimiento integral, es complementario. No es excluyente
sino complementario, implica grandes sacrificios. El hecho cuando me explicaron
que aquí, ya yo vi bien en carne propia como era el orden, todo en su sitio,
todo esté bien organizado. Yo dije, pero si es que esto es algo como un estado,
esto aquí es un estado pequeño, tienen una constitución, hay sanciones para
quien también infrinja en lo que no se puede hacer. Tenemos deberes, tenemos
derechos, todo eso. Algo muy bueno y especial, es que los guerrilleros se
convierten en nuestra familia. Porque, entre otras cosas, uno deja todo. Por
las condiciones de represión, uno no puede estar en contacto permanente con la
familia, porque te interceptan una llamada o lo cuajen a uno visitando la
familia. Detectan que la familia tiene vínculos con nosotros, aunque sea de
familiaridad. Es reprimido, la pueden asesinar.
La guerrillera Marleny, del Frente 48. FOTO: DICK EMANUELSSON |
·
¿Tú
tienes niños?
– Pues no, no tengo niños
porque mira aquí no se puede tener niños. Pude haber tenido, pero he decidido no,
porque yo quisiera tener niños a mi lado para criarlos yo, para yo
consentirlos, para yo amarlos, para yo verlos crecer y eso. Aquí es difícil
como entenderás. . . eh bastante pesa el morral y el fusil, las fornituras,
todo lo que uno tiene que llevar aquí en la vida de la guerra. También tener
niños . . . es que las condiciones no dan. Imagínate un asalto [del ejército al
campamento], las dificultades propias de la guerra, que hay muchos zancudos,
que hay dificultades propias de la guerra. Por nuestra misma estructura y eso
aquí no es permitido dentro de los campamentos que una muchacha esté criando y
la otra también criando. Dime ¿cómo sería? Entonces no cumpliríamos las tareas
como combatientes, porque nosotras aquí antes que ser mujeres somos combatientes.
Si no, nos dedicaríamos a ser madres. Algunas han tenido sus niños, pero tienen
que dejarlo a la familia. Particularmente, no sé si será que tengo mucho apego
o soy muy sensible en ese aspecto, pero decidí qué si lo iba a tener para no
verlo continuamente, para que otro lo criara con o sea para que para no darle
yo todo el cariño que quería, o esperar tenerlo más adelante o si no pues con
el dolor del alma ahora hay tantos adelantos científicos que bueno uno puede
tener de pronto un hijo a cualquier edad, o adoptar. No sé, yo soy optimista.
Creo que la revolución va a triunfar pronto, que voy a tener oportunidad de
hacer muchas cosas que no he podido hacer como guerrillera.
·
Las muchachas jóvenes de 17-18 años que ingresan a las filas insurgentes,
¿qué orientación, qué consejo les das tú a ellas, porque seguramente tú estaba
en la misma situación como ellas cuando ingresaste al movimiento?
– Generalmente las
muchachas que vienen, vienen de extracción campesina. Las muchachas de la
ciudad también vienen, pero en menor proporción. La mayoría es del sector
campesino. Cuando vienen aquí saben absolutamente todo eso, porque resulta que
en el campo colombiano se desarrolla gran parte del conflicto. Ya han escuchado
combates, sus casas han sido bombardeadas. Porque resulta que cuando el
ejército bombardea no tiene ese cuidado que dicen ellos, que tienen de no darle
la población civil. ¡Es mentira! Ellos bombardean y muchos niños han muerto.
Destruyen casas y matan ganado. Las pertenencias de los campesinos son
destruidas. Muchos muchachos y muchachas cuando vienen aquí ya han tenido esa
experiencia, ya han vivido. O sea, que la orientación de decirles ¿cómo es esa
parte de los combates? La orientación es también de la formación ideológica y
política.
·
Yo te escuché la otra noche dando una buena charla también intervención
cuando estaban hablando del Movimiento Bolivariano (MB). La prensa dice que “la
guerrilla de las FARC ya no tiene un norte político”, que ya no lucha, que “es
un movimiento narcoterrorista”. Pero aquí en el campamento hay discusiones
políticas cada noche.
– Todos los días
discutimos. Nosotros tenemos un régimen interno que tenemos distribuido en el
trabajo físico y el trabajo de formación política e ideológica. También tenemos
una noche cultural semanalmente. Todos los días hay información sobre las
noticias o sea, lo que está ocurriendo en el país. Esas noticias son discutidas
y se informa las cosas como son. Se cogen por los medios que uno escucha,
[Noticieros de] Caracol o RCN y por los medios nuestros también, La Voz de la
Resistencia. Nosotros cogemos toda esa información, la procesamos, discutimos,
opinamos sobre ellas. Porque hay que actualizarse sobre todo lo que ocurre en
el mundo, no solamente nuestro pequeño mundo del campamento sino de todo las
FARC, de todo el país y lo que ocurre a nivel internacional.
– Además de eso, hay las
charlas, las charlas de formación política ideológica. Todos los días nos
distribuimos entre los compañeros que tenemos un poco de más claridad al
respecto y se dan las charlas. Se da no solamente sobre documentos internos,
sino también sobre opiniones de mucha gente que está de acuerdo con la lucha de
los pueblos. También estudiamos el pensamiento bolivariano, el marxismo. No
somos unos grandes teóricos porque nosotros somos marxista-leninistas, pero
todo eso más bien lo vamos haciendo en la práctica. Tú le preguntas a algún
guerrillero; “dime los principios de leninismo”, y de pronto él no te los va a
explicar. Pero él lo vive, él lo vive en la misma organización. En las noches
hacemos lo que se llama “La hora Cultural”, que también es de formación. Todos
nos educamos, nunca paramos, que no, que ya sabe lo suficiente, ¡no! Todos los
días aprendemos algo nuevo y aprendemos los unos de los otros y así nos vamos
formando cada día, cada día. Los muchachos nuevos que van llegando también han
vivido una cruda realidad. Le complementamos, les explicamos que esa realidad
cruda y difícil que han vivido, no es porque Dios no los quiera, como algunos
piensan sino porque hay unas condiciones en nuestro país, un gobierno que no se
preocupa por solucionar los problemas elementales, sino que solamente se
preocupan por enriquecerse cada día más ellos, y el país lo llevan así como lo
llevan ahí al garete, como decimos en la costa, dice y se ríe.
·
Tú has sido también encarcelada. ¿Cuánto tiempo estuviste en la cárcel y
cuál fue la acusación en contra de ti?
– Yo fui encarcelada por
rebelión y condenada a 5 años 6 meses por ese delito.
·
¿Qué habías hecho y cómo te capturaron?
– ¿Qué había hecho? y se
tira de carcajadas.
– De hecho que soy
guerrillera y era guerrillera cuando me capturaron. También ya estaba en la
guerrilla.
·
¿Tomada en flagrancia?
– No, no, no fui tomada
en flagrancia sino por esa política que tiene el gobierno de los sapos y eso.
Alguien nos delató.
·
Estabas en una misión en forma civil?
–Sí, sí, sí, en forma
completamente civil y alguien por allí, que había estado vinculado a la organización
y que era un infiltrado del ejército, él nos vio y nos delató. Fuimos
capturados, con todo el proceso de ser torturados, todo eso y llevados a la
cárcel. Fuimos condenados, pagamos por el delito de rebelión, solamente nos
colocaron ese delito. Porque no había prueba de otra cosa. Es más; ni siquiera
él tenía una prueba, sino que solamente fue el testimonio del desertor y con
eso allí en la cárcel.
·
¿Cómo
se tortura una mujer del estado colombiano?
– Hay varios tipos de
tortura. A mí las torturas más grandes me las hicieron en la cabeza.
·
¿Cómo?
– Jalándome mucho el
cabello, me halaban demasiado el cabello. Como ves el pelo es abundante. Me
agarraban mucho por los cabellos y me daban golpes en la cabeza y también en
las rodillas, aquí debajo de las rodillas.
·
¿Eso fue en los interrogatorios?
– Sí, eso fue en el
batallón exactamente. Pero nosotros cuando somos capturados estamos conscientes
de que la cárcel se convierte en otra trinchera de lucha, tal vez una de las
más difícil porque la lucha allí no es con un fusil, no es con un arma sino que
es ideológica. Es el estado que te reprime allí y te quiere pisotear tu
dignidad y quiere que tú cambies tu tus ideales y todo eso. La lucha nuestra,
por seguir aunque sea allí en las condiciones que sea, defendiendo nuestros
ideales, defendiendo nuestra posición siendo dignos y pagando el carcelazo y
regresar.
·
¿Cuánto tiempo estuviste en la cárcel?
– Fui condenada a 5 años
6 meses pero físicamente dos años y pico, porque uno paga con estudio, tuve
libertad condicional y toda una serie de cosas.
·
¿Qué hiciste después de los dos años?
– Apenas me dieron una libertad
condicional (después de los dos primeros años), pegué la carrera para acá! Y se
tira nuevamente a la carcajada.
·
Aquí estás otra vez en la guerrilla?
– Sí, sí, sí, y esa debe
ser la posición de todos los guerrilleros. A pesar de que cuando la familia de
uno lo va a visitar dice; “bueno, ya está bien, ya luchaste, ya te
sacrificaste, ya vuélvete a la familia”! Pero considero que el aporte nunca es
suficiente. Uno quisiera tener mucho más años de vida para seguir aportando. Si
no puede aquí, bueno, desde otro campo. Pero seguir aportando nuestra lucha. Es
que nuestra lucha es noble, es digna, son unos ideales que no es un poquito de
cómo quiera hacer creer el gobierno de por allí, que están que quieren luchar.
No, es que nuestra lucha es inmensa, y no solamente somos nosotros aquí, sino
que muchos pueblos del mundo están luchando por vivir en condiciones mejores.
Pues, salir de allá y venir acá a seguir luchando.
·
¿Qué piensas tú cuando el gobierno de Álvaro Uribe habla mucho de que hay miles
de desertores de la guerrilla que han buscado dejar la guerrilla y están
llegando a Bogotá otra ciudad por ese programa de reinserción como dicen ellos.
Tú nunca tomaste ese tipo de programa, sino tú volviste al monte. Pero ¿qué
piensas sobre esas estadísticas de esos informes del gobierno?
– No, eso es falso,
completamente falso. Si hay desertores, no se puede negar de que no haya
desertores, sí. Pero no es masivo como quiere decir el gobierno. Algunos son
infiltrados y después se van porque han cumplido su misión aquí y entonces ya
se van. Entonces ya hacen creer de que de que son que estuvieron aquí. Se
aburrieron y los trataron mal. Inventan una cantidad de cosas que son
completamente falsas. Entonces se presentan allá y van para aprovechar los beneficios
que le da al gobierno, que nosotros sabemos que tampoco es así como el gobierno
lo quiere hacer creer.
– Sin embargo en la
guerra se dan esas cosas. Pero no es la forma como dice el gobierno que es
masivo, no es esa cantidad que ellos dicen. Si fuera así, nuestro movimiento
estuviera diezmado y nuestro movimiento es numeroso y cada día por la represión
que ejerce entre más días que pasa el estado es mucha gente la que va tomando
la decisión de venirse. Porque no tienen alternativa. Mira si se van para la
ciudad. . . por ejemplo los campesinos, que nosotros los que más vivimos en
carne propia, porque nos desenvolvemos en este medio, los campesinos algunos
son desplazados, salen a engrosar esos cordones de miseria en las ciudades a
sufrir, no encuentran empleo, no tienen casa, si se enferman no tienen ni cómo
ir a un médico, no tienen con qué comer. Mucha gente que es así, que es
reprimida ven en nosotros la parte alterna. Y ingresan a las filas
guerrilleras. Eso es lo que hace el gobierno con tanta represión es propiciar
para que mucha gente se decida a venirse para acá y engrosar nuestras filas. La
gente nos ve, porque con los campesinos nosotros hablamos con ellos, le
explicamos. Ellos desde pequeños van sabiendo por qué lucha la guerrilla, van
conociendo cómo es nuestro comportamiento en realidad, que nosotros somos unos
Defensores de sus intereses y no alguien que se que los atropella. Se van
vinculando, porque también, por ejemplo, ingresa la hermana mayor, después
ingresa el otro hermanito y así los mismos familiares se van encargando de
explicarle el resto de la familia cómo es realmente la guerrilla, porque es
nuestra lucha, qué es lo que buscamos y que esta es la mejor opción de vida.
·
¿Tú tienes hermanos también en el movimiento?
– No, no tengo hermanos
en el movimiento porque, como te digo, yo vengo de un pueblo y mis hermanos,
mis hermanitas pues, decidieron conseguir maridos y se casaron. Mis dos
hermanos consiguieron trabajo y también se casaron y hacen una vida común y
corriente. Pero ellos sí son claros de que nuestra lucha es una lucha justa,
están muy orgullosos de que yo esté aquí, dicen, lucha tu ya que nosotros no
nos fuimos para allá y entonces ellos siempre me dan su voz de aliento y están
de acuerdo con los planteamientos exactamente de la FARC y son gente que quiere
que triunfe la revolución, para vivir también en condiciones diferentes. Porque
viven mal en la pobreza.
·
Han publicado reportes, no solamente el tema de la deserción, que ha
inflado mucho el gobierno de Uribe sino también, como hoy, cuando estábamos
mirando las noticias a las 7 de la mañana en donde hablaron del tema del abuso
sexual a las muchachas de menor de edad, incluso por parte de Amnistía
Internacional donde acusan, no en forma general pero que habría casos de abusos
sexuales en movimiento guerrillero. ¿Qué sabes tú qué sabes tú sobre eso, has
escuchado alguna vez durante tus 17 años en el movimiento guerrillero o has
tenido contacto con alguna muchacha que ha sido abusada desde punto de vista
sexual por el comandante o por otros compañeros? ¿Cuáles es la sanción si fuera
verdad, que un varón guerrillero habría cometido ese delito?
– Eso es completamente
falso. Aquí no se ve eso. La mujer es un combatiente más junto con los hombres.
Nosotras hacemos parte activa en la vida política-militar común y corriente. De
aquí estamos estructurados en las estructuras orgánicas de escuadra, guerrilla,
compañías, y así sucesivamente. La mujer desempeña un papel como los hombres. O
sea, aquí no hay división del trabajo específica, las mujeres hacen esto y los
hombres esto, sino que entre todos hacemos lo mismo. La mujer es libre.
Nosotras somos libres en el sentido de que nosotras podemos escoger nuestro
compañero. Pero nosotras jamás somos obligadas, que tiene que vivir con fulano
de tal, o que, como dicen los medios de comunicación, que el comandante se
aproveche por su rango de abusar. No, eso aquí no se da, ni se puede dar. Yo no
he conocido, pero en caso de que se dé, en caso de que haya una violación, por
ejemplo, en nuestro reglamento de régimen disciplinario eso está constituido
como un delito. Los delitos aquí y el procedimiento para la sanción es el
Consejo Revolucionario de Guerra y de acuerdo a lo que decida allí la asamblea,
ese delito puede dar para fusilamiento. ¡Mira qué grave! Aquí las acusaciones
de esos abusos son completamente falsas. Nosotras tenemos nuestros compañeros,
podemos tener una relación de pareja.
·
Aquí hay muchas parejas en este campamento que viven junto en sus caletas.
Arjenes y Dario, del Bloque Sur. FOTO DICK EMANUELSSON. |
unión es el amor. Porque nosotras no tenemos que exhibir el compañero como fuera en un club, una vida social o económicamente que nos mantengan, que comprar la nevera, que la cama, que buscar un compañero con una posición económica privilegiada. No. Eso aquí no pasa porque aquí la organización nos abastece de todo lo necesario. La organización nos da lo que nosotros necesitamos para vivir; nuestras botas, ropa interior, el jabón, el cepillo, todas esas cosas. Nosotros aquí somos profesionales de la Revolución donde, si conocemos a un muchacho que nos gusta y nosotros le gustamos a él, no es tampoco desordenada la relación, nosotros tenemos que cumplir unos pasos y de acuerdo a nuestro comportamiento disciplinario y todo eso se produce lo que se llama asociamiento. que es que el compañero y la compañera viven juntos en su misma caleta y hacen una vida de pareja. En el momento que ese amor se acabe, que ya no se entiendan por algún tipo de circunstancias, se va también al organismo y se plantea; “bueno, camarada, no me entiendo, digamos con Juan, y listo, separan y sus relaciones siguen como las nuestras aquí, de fraternidad, de solidaridad, de compañerismo. Pero ya no hay la relación de pareja como tal. Si la muchacha más adelante conoce a otro que le guste, o él a otra que le guste, puede establecer su nueva relación de pareja. Hay esa libertad. Aquí hay parejas de muchos años. De pronto las muchachas más jóvenes que no tienen esa formación así, a veces pueden incurrir un poquito más en eso (“el desorden sentimental”), pero ahí se les va explicando, se les va diciendo de que lo correcto es tener una relación más o menos con bastante estabilidad. . .
·
¿O sea, estar convencido bien antes que se uno junta en la caleta?
– ¡Eso! De estar
convencido para que no haya mayores dificultades después. ¡Chévere! Lo más
lindo, lo más importante es que lo que nos une es el afecto y el amor, no nos
une ningún otro tipo de interés. No hay absolutamente ningún otro tipo de
interés.
·
¿Qué lectura haces tu acerca de esas declaraciones, que incluso salen de
algunas desertoras que han sido objeto de abusos sexuales?
– Son políticas para
desprestigiar el movimiento. Generalmente estas muchachas son inducidas a decir
eso y lo otro, algunas son infiltradas. Dime tú ¿qué se puede esperar de un
infiltrado si no que salga a inventar cosas que jamás han existido en la
organización para que mucha gente de pronto no ingrese o para que las que
estemos aquí creamos ese cuento, la veamos como una víctima y cosas así. No,
pero eso no existe. Es más, si un comandante hace eso a él también se le aplica
el reglamento. El reglamento no es solamente para los guerrilleros de base, es
para todo el mundo, desde nuestro comandante en jefe.
·
Ese tipo de crítica contra el comandante también se le puede tocar también
en las reuniones que tienen las células del partido, porque aquí todo el mundo
está organizado en el Partido Comunista Clandestino (PCCC) que se reúne cada 14
días, ¿no?
– Sí, claro, y hacen
parte de la célula. Es más; los comandantes no pueden ser miembros de la
DIRECCIÓN de la célula. Ellos ahí son un guerrillero más común y corriente. Se
le puede hacer la crítica como a cualquier otro guerrillero.
·
¿Es un militante raso en la célula?
– Es un militante raso
más y es de la jerarquía militar y la estructura orgánica y jerárquica pero en
la célula del partido es un militante raso más. Ellos no pueden ocupar una
posición de liderazgo porque no habría democracia. Porque la célula es un
organismo democrático donde uno puede plantear y corregimos nuestros errores,
nuestras dificultades y nos superamos y hacemos las críticas, aplicamos los
principios leninistas allí.
Integrantes de la emisora guerrillera, Voz de la Resistencia del Bloque Caribe de las FARC-EP. FOTO: DICK EMANUELSSON. |
·
Una pregunta para rondar esta entrevista tan interesante. ¿Hay algunos
temas o problemas especiales, de todas maneras, porque somos diferentes, somos
de dos distintos sexos, temas o problemas especiales para la mujer en la
guerrilla?
– ¿Así como que nos
reunamos las mujeres para tratar cosas nuestras? No, eso no existe. Nosotras,
como te he dicho ya varias veces, somos un combatiente más.
·
Incluso yo he visto que hay mujeres muy fuertes. Tú también te ves muy
delgada, pero. . .
– Es que yo soy delgada
porque me cuido de la estética, y se tira a la carcajada.
– No, en serio, que sí,
hay mujeres muy fuertes, que tienen mucha más fuerza que algunos muchachos. Por
ejemplo, se ve este caso cuando vienen muchachos de la ciudad. No son ni
comparables de fuerte a las muchachas del campo.
·
¡Me
doy cuenta!
– Ellas son mucho más
fuertes y tienen más resistencia. Son capaces de hacer trabajo físico con mucha
fortaleza. Las muchachas que venimos de los pueblos, tenemos un poco de
dificultad. Pero uno lo puede superar de pronto no a la par a 100%, pero sí, se
puede si se hace el esfuerzo si muchas cosas uno las logra. Aquí
específicamente para tratar problemas de la mujer como tal, no hay ninguna
estructura. Nosotras aquí en todo somos un combatiente más y aquí a la hora de
sacar para las tareas no dicen; “mujeres a un lado, hombres a otro lado”. No, para
el combate todo es igual, igual. Si va a la escuadra (estructura guerrillera de
doce combatientes) y si en la escuadra hay cuatro mujeres y el resto son
hombres, va a la escuadra con sus mujeres y sus hombres. Si vamos a cocinar, si
le toca el turno al hombre, el hombre va a cocinar. Porque aquí las actividades
no son tampoco que `éstas para mujeres y éstas para los hombres´, que a
nosotras nos dedicamos a cocinar, lavar, planchar y eso, no, aquí todos hacemos
de todo.
·
¿No es como a veces que la mujer pobre, sobre todo la mujer pobre en la
ciudad dice pues, “nosotras las mujeres somos dedicadas para el hogar y la
cocina mientras el hombre es él que decide en el lugar”?
– No, no, aquí decimos
por igual, y se ríe ante mi pregunta.
·
Pero ¿no hay machistas también en el movimiento?
– Mira, es que el
machismo es una concepción cultural que viene desde nuestros ancestros. Eso no
se radica así de la noche a la mañana. Yo soy de la opinión particular que
digo, bueno aquí estamos luchando todos en conjunto por la construcción del
socialismo. Pero si llegamos allá y los hombres siguen con su machismo hay que
volver apuñar los chiles.
·
Oye, eso es muy drástico, ¿no?
– Muy drástico. Pero así
tendrá que ser. Porque nosotros estamos luchando por la libertad de hombres y
mujeres todos en conjunto. Pero que no nos vengan con el cuento, que después
que estemos liberados del estado de opresión, nos van a querer a subyugar. ¡No!
·
Si yo digo, ¡cumple con tu deber histórico de mujer! entonces ¿me da un
puño?
Menos mal que tiene
sentido de humor, la combatiente Cahtrine.
·
¿Tú estás seguro del éxito de la victoria de la Revolución colombiana?
– ¡100% ciento!
·
En este momento hay fuertes combates en Toribio en el departamento de
Cauca, desde hace 10-11 días y los guerrilleros se quedan allá.
– Sí cada día
ésta nuestra lucha es más contundente, somos más, tenemos más fortaleza y
tenemos también el apoyo de más gente, no solamente en los países latinoamericanos
sino en otras partes del mundo. La gente se está convenciendo de que todas esas
mentiras que dice este gobierno, que son las mentiras más grandes del mundo.
Son tan grandes que ni él mismo se las cree. El movimiento insurgente cada día
es mayor y más contundente. Yo estoy 100% seguro de la victoria, nosotros vamos
a hacer poder, nosotros vamos a triunfar, más temprano que tarde. Siendo poder.
. . qué lindo va a venir todo ese proceso que nosotros esperamos que llegue.
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¿Qué vas a hacer tú cuando triunfe la revolución? Esa pregunta de pronto no
está en el orden del día. Pero qué ha pensado, me imagino que tiene sueños como
todos?
– Sí, tengo sueños. Yo
quisiera ser una gran diplomática.
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¿Quizas podría ser embajadora en Estocolmo?
– Ah sí, me gustaría
conocer. . .
·
“La Venecia Nórdica”.
– ¡Imagínense! Qué lindo.
Uno solamente mira por televisión o por las revistas. ¡Qué lindo conocerlo
Europa! A Estados Unidos, ¡no! Pero sí, me gustaría conocer Europa y Suecia.
Este es un país que a uno siempre le llama la atención porque se habla de que
las condiciones climáticas y todo eso son tan diferentes a las nuestras. Uno
dice, bueno, qué chévere conocer algo tan diferente y conocer otras culturas. A
mí me gustaría porque quiero conocer muchas culturas. Me gusta mucho que me
cuente experiencia de cómo viven en otros países, de cómo de cómo es su
folklore, su cultura, su gobierno, toda esa serie de cosas. Ese es mi sueño.
·
¿Y el sueño tuyo para el pueblo colombiano?
– Para los niños vivir en
un país para todo el pueblo colombiano en general. Vivir en un país donde
tengamos por lo menos las necesidades básicas satisfechas como que haya empleo,
que la gente pueda estudiar, que cada quien tenga su vivienda, que haya
libertades democráticas. O sea, que las personas puedan expresar realmente lo
que piensan, lo que sienten, que puedan participar activamente de la vida
política de nuestro país, que puedan decidir, que sean partícipes de todo eso.
Un país más justo, un país donde se defienda la soberanía, donde las armas del
ejército deben ser utilizadas es para defender nuestra soberanía no para
reprimir al mismo pueblo.
– Sí en general sueño con
un país justo, donde haya libertad y pan para todos.
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Muchísimas gracias, Cathrine, no te voy a ocupar más tiempo porque en
cualquier momento te va a llamar tu comandante para hacer la formación y a
comer la rica comida para la cena. Muchísimas gracias y mucha suerte siempre.
Te queremos con vida.