Por Dick Emanuelsson, ANNCOL
En Bogota “El Procurador de Uribe” inhabilita y destituye al
profesor universitario Miguel Ángel Beltrán por 13 años. Es una clara venganza
por la liberación del director de ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra hace una
semana. Las “pruebas” de la Fiscalía Colombiana se basan en la criminalización
del pensamiento de los colombianos.
– Hoy
me hubiera querido compartir con ustedes en el encuentro, pero dada a mi
situación jurídica no me es posible. Sin embargo, estoy con ustedes en esta
otra forma de estar. Y de aquí seguiré luchando y trabajando por la libertad
para todos y todas prisioneros políticos, exigiendo respeto a los derechos
humanos de la dignidad humana de todas las personas privadas de libertad, dice
la ex presa política Liliany Obando en un saludo al evento hoy convocado por la
organización de defensa a los presos políticos y de guerra, “Larga Vida a las
Mariposas”.
La defensora
de los derechos humanos y de los campesinos, trabajó en la martirizada
organización campesina Fensuagro, fue procesada en el 2008, un proceso que duró
cuatro años. La condena terminó en una sentencia de 70 meses de prisión domiciliaria
y una multa de casi 400.000 dólares, una suma completamente imposible para
pagar.
Nuevo atentado contra el pensamiento libre
Solo
un día ante el evento en solidaridad a los presos políticos, la Procuraduría de
la Nación, encabezada por Alejandro Ordóñez inhabilitó y destituyó al profesor
universitario Miguel Ángel Beltrán por 13 años.
¡Que miedo tiene el Estado por el pensamiento del flaco Beltrán! |
La
sentencia es una clara venganza por la liberación del director de ANNCOL, Joaquín
Pérez Becerra hace una semana. Los jueces del Tribunal Supremo de Bogota de la
segunda instancia encontraron que las pruebas presentadas por la Fiscalía en la
primera instancia se basaban en la criminalización del pensamiento de los
colombianos y sapos preparados y comprados por los agentes de la fiscalía.
Hay
que recordar que en mayo de 2009 Beltrán fue deportado de México donde
adelantaba estudios en la Universidad Autónoma de México. Estuvo encarcelado
durante dos años y en junio de 2011 fue absuelto.
“Triunfó la verdad, el
pensamiento crítico no es terrorismo. Fueron dos años duros”, fueron las
primeras palabras a la prensa pronunciadas por Beltrán tras conocer el fallo,
cuya argumentación completa se dará a conocer en audiencia el próximo 8 de
junio, citada por la Revista Semana.
Y ahora vuelve a condenarlo.
“Si no podemos meterle a los calabozos,
pues le hacemos la vida imposible, inhabilitándolo en su profesión y carrera”,
parece que argumenta la Procuraduría.
“Difundió el pensamiento revolucionario de las Farc”
Según
“El Procurador de Uribe”, como lo tildan juristas y periodistas a Ordóñez y
citado por el diario El Tiempo, “las pruebas evaluadas por el organismo de control, Beltrán Villegas, cumplió
tareas políticas dentro de la organización ilegal, difundió con sus escritos el
pensamiento revolucionario de las Farc, divulgó las ideas del grupo armado
ilegal en foros internacionales, organizó eventos en la Universidad Nacional
con sentido político”.
¿Qué nos dice eso?
Que la Fiscalía no pudo probar y
no ha podido desde varios años probar que Beltrán es guerrillero. La sentencia
el 2011 es muy clara en ese sentido.
El profesor Beltrán es una
persona pública que ha ejercido su papel fundamental como profesor en la
Universidad Nacional en Bogota, es decir, invitar a los alumnos a profundizar
el pensamiento, investigar y cuestionar lo elaborado. Así de sencillo funcionan
todos los profesores serios en el mundo. Y así trabajamos también nosotros los
periodistas.
Represión y cárcel
Pero en Colombia pensar es un
delito, el Poder Fáctico, del cual la procuraduría y la Fiscalía son servidores.
El Poder está preocupado por que el debate, la discusión alrededor ¿Qué país
queremos en un futuro en paz? no la enfrenta por falta de argumentos. Por eso
aplica lo histórico, la represión y la cárcel para aquellos que no se
subordinan al Estado represivo.
Colombia necesita más Miguel
Beltrán y Liliany Obando para reventar el
silencio y comenzar a intercambiar ideas.