martes, 17 de enero de 2017

Colombia y la lucha de clases: Aquel 18 de enero de 1963



Este relato y otro aniversario de un paro obrero, contado por el amigo y colega Roberto Romero es algo excepcional. El periodista y ex jefe de la redacción del semanario VOZ ilustra en su texto la combatividad de una clase obrera colombiana que pasó por encima de los líderes burócratas y traidores sindicales ese 18 de enero de 1963. Es un nuevo capítulo a la heroica historia del movimiento popular colombiano. (Dick E.)

Colombia y la lucha de clases: Aquel 18 de enero de 1963

Por Roberto Romero Ospina

Ese día,  hace 54 años, tuvieron lugar en Colombia intensas jornadas por el alza general de salarios que incluyeron huelgas en diferentes ciudades. En Bogotá fueron asesinadas varias personas, entre ellas un primo de Alfonso López Michelsen. Preludio de la masacre obrera de Santa Bárbara

Enero comenzó a caldearse muy pronto. Pocos, muy pocos días después de los festejo de año nuevo, todo el movimiento sindical comenzó una frenética actividad contra la carestía de la vida y por alza general de salarios.

El país vivía el desenfreno de una devaluación que golpeaba sin piedad la canasta familiar cuando aun no completaba seis meses el segundo gobierno del Frente Nacional, que le correspondió por la alternación, al conservador Guillermo León Valencia.

De manera que los llamados a la movilización nacional de las centrales CTC y UTC, sumados a los sectores independientes de los trabajadores, aglutinados en el CUASS Comité de Unidad de Acción y Solidaridad Sindical, que reunía numerosas organizaciones expulsadas de la CTC, pronto recibieron respuesta de la población.

Las exigencias obreras

Los trabajadores exigían un alza salarial de 250 pesos para los sueldos de 300 pesos, que era el mínimo, mientras el gobierno y los sectores oficialistas del Congreso, donde se debatía el proyecto de ley que incrementaría las mesadas, no se movían de los 150 pesos.

Todas las confederaciones regionales de los trabajadores acordaron impulsar manifestaciones en las capitales para el 18 de enero. En algunos departamentos, incluso, se convocaron paros laborales previos que tuvieron especial efecto en el Valle y también como medida de protesta por el alza en las tarifas de los buses.

En Bogotá, la protesta se tradujo en una Plaza de Bolívar colmada totalmente como lo señaló El Tiempo. Es decir más de 50.000 personas reunidas en una capital que solo contaba con dos millones de habitantes, lo que demostraba la fuerza del movimiento.

La fuerte oposición política, encabezada por el progresista Movimiento Revolucionario Liberal MRL, opuesto al Frente Nacional, el partido comunista y otros sectores de izquierda, se sumó a la convocatoria.

El MRL contaba con 33 de los 145 Representantes a Cámara y mantenía, en lo regional, algunas alianzas con el partido comunista. Incluso, el veterano líder agrario comunista, del Sumapaz, Juan de la Cruz Varela, fue elegido a la Cámara de Representantes por Cundinamarca como suplente de Alfonso López Michelsen, director del MRL y ex candidato presidencial en 1962.

Flamea la bandera de CTC en medio de una jauría de pastores alemanes

Una vez hubo comenzado el acto, (al que fueron invitados a la tribuna varios dirigentes del MRL) “la impopularidad personal de algunos de los oradores que pronunciaban palabras descomedidas contra el Congreso de la República y agresivas contra parte de los manifestantes, la reunión degeneró en zambra con la quema de la bandera de la CTC”, indicó en una declaración sobre los hechos, López Michelsen.

Lo que indignó a los manifestantes fueron las palabras de elogio al gobierno de León Valencia pronunciadas por el presidente de la CTC, José Raquel Mercado y a quien a nombre del movimiento obrero se le rendía lealtad.

Entonces varios enardecidos arrebataron el pabellón de esta central prendiéndole fuego en medio de una trifulca con sus seguidores. La Policía, que rodeaba la Plaza, intervino de inmediato, interesada ante todo el disolver la gigantesca demostración de repudio a las medidas económicas del régimen.

Primero colocaron las concertinas de alambre de púas en las salidas de la Plaza y luego se abalanzaron con cuarenta pastores alemanas sobre los manifestantes blandiendo porras y bastones. La Policía había importado de Alemania 160 de estos mastines para disolver, de la manera más encarnizada, cualquier protesta. Y ese día fue el bautizo ciudadano de la jauría germana.

En pocos minutos el caos se apoderó del centro de la capital dando lugar a varios mítines en las arterias principales.

Y vendrían los disparos

Pero no demorarían los disparos. Un tiro mató en el acto al dirigente del MRL, Ernesto Michelsen Uribe, primo de Alfonso López Michelsen y su concuñado. Cayó en la esquina de la carrera 8 con calle 8, huyendo, como miles, de la violencia policial.

“Ernesto era uno de los manifestantes del MRL y no como se ha dicho, un transeúnte ajeno a la lucha política”, enfatizó López, quien en la misma declaración habló de varios muertos en la refriega. Su crimen quedó en la impunidad.

La prensa dio cuenta de más de un centenar de heridos y cerca de 200 detenidos. Por lo menos una veintena de buses y carros particulares fueron quemados así como decenas de comercios destrozados en el lance de aquel 18 de enero, que duró varias horas y calificado en un titular a todo lo ancho de la primera página de El Tiempo, como un “intento de motín”.

Muy temprano el 19, con las calles aun humeantes del centro de Bogotá, los matutinos no solo daban cuenta a su manera de los acontecimientos sino que publicaban en primera página las declaraciones de las centrales CTC y UTC.

La primera, lesionada por la quema de su bandera, anunciaba a través de su presidente, José Raquel Mercado, después de condenar los “disturbios ocasionados por la subversión”, que no perdonarían “este crimen” añadiendo que “no estaremos tranquilos hasta que no hayamos extirpado del panorama colombiano el peligrosos cáncer político que es el comunismo”.

Por su parte, la UTC, a través de su máximo dirigente, Antonio Díaz, manifestaba que había “quedado demostrada la intención apátrida y antiobrera del partido comunista, hábilmente incrustado en algunas organizaciones sindicales de la llamada zona industrial de Bogotá”.

El CUASS entra en escena

Díaz se refería al CUASS, que había ganado extraordinaria fuerza en la capital y varios departamentos y que se convertiría en la Confederación Sindical de Trabajadores CSTC en 1966, llegando a ser la segunda en importancia en el país. La CSTC fue luego matriz de la CUT en 1986.

El gobierno de Valencia terminó aprobando un alza de sueldos y salarios de 120 pesos, muy lejos de las exigencias de los trabajadores de 250 pesos.

El año de 1963, que tuvo semejante comienzo, bien tempranero por cierto, de luchas por los derechos civiles, marcaría duramente a la clase obrera colombiana: el 5 de febrero, siendo Belisario Betancur ministro de Trabajo, fue brutalmente reprimido el paro de los trabajadores de cementos El Cairo, en Santa Bárbara, Antioquia.

Las tropas del Ejército, acantonadas en la factoría desde el comienzo de la huelga, atacaron a fusilería y bayoneta calada a los inermes operarios con un saldo de 12 muertos en una de las peores matanzas de huelguistas en Colombia. Más de un centenar de heridos a bala quedaron tendidos en las afueras de la empresa.

Y los manes de la vida. La CTC y la UTC terminaron en 1977 unidas férreamente con la CSTC, más la CGT, en los preparativos de meses y en el paro cívico mismo del 14 de septiembre que movilizó a millones de colombianos contra la carestía de la vida y la devaluación galopante impulsadas por, quién lo creyera, Alfonso López Michelsen, que ya como presidente había dejado bien atrás sus arrestos solidarios con la clase obrera cuando estaba en la oposición en 1963.

Han pasado 54 años desde aquella jornada del 18 de enero que movilizó a todo el movimiento obrero por alza general de salarios y derechos sindicales. Y desde entonces, pasan de 3000 los dirigentes asesinados por ondear las mismas banderas, en el peor holocausto laboral que haya sido testigo el mundo en este medio siglo.



martes, 3 de enero de 2017

Trots fredsavtal söker Colombias regering en militär allians med Nato

För att kontrollera Venezuela (och världens största oljereserver) är det nödvändigt att ockupera Colombia militärt”! (USA-senatorn Paul Coverdell).


Trots fredsavtal söker Colombias regering en militär allians med Nato

Av Dick Emanuelsson

TEGUCIGALPA / 2016-12-29 / Regeringen Juan Manuel Santos vill inleda ett fast organiserat samarbete med Nato. Det uppgav Santos dagen innan julafton och sa till nationen att Nato har gett grönt ljus för att inleda förhandlingar. Men en stor del av Latinamerika och Karibien rasar mot Bogota och menar att det är ett farligt steg i USA:s strävan att militarisera Karibien, Central- och Sydamerika.


Audio-Intervju (spanska, 30 minutos) med Horacio Duque, colombiansk politisk kommentator
https://app.box.com/s/1qvw9ysiy288jhdo5nyo2irvr60lmggy



År 2010 gav Santos, som då var försvarsminister, löftet till Venezuelas dåvarande president Hugo Chavez att inte ingå någon som helst allians med Nato. Den 5 mars 2013 avled Chavez i cancer och det dröjde inte mer än tre månader förrän Colombias dåvarande försvarsminister, Juan Carlos Pinzon, i Belgien ingick ett avtal med Nato. Den 6 juni 2013 skrevs det under och rubricerades ”Avtal om utbyte av information och säkerhet med Nato.

Juan Carlos Pinzón, obotlig krigsminister.
Det var det första avtal som Atlantpakten slutit någonsin med en latinamerikansk stat. Den colombianska kongressen ratificerade avtalet 2014.  Men i juni 2015 förklarade författningsdomstolen i Colombia avtalet som grundlagsstridigt. Den 23 december 2016 kom Santos tillbaka och uppgav att regeringen ska utarbeta ett nytt avtal med Nato.

– Avtalet kommer inte ge Colombia ett medlemskap men nästintill, sa Santos.



I avtalet från 2013 talades det allmänt om humanitära- och fredsuppdrag, mänskliga rättigheter, förvandlingsprocesser och förbättrande av försvar- och säkerhetssektorn. Allt talar för att det är samma manual som det nya avtalet ska innehålla.


[Video] Santos, 23 december 2016:



USA:s mål: ”kontrollera Venezuela”

Tillkännagivandet har orsakat en ny konflikt med grannlandet Venezuela som känner sig starkt hotat av grannen. I Venezuela citeras ofta USA-senatorn Paul Cordwell. Han var den förste kongressledamoten som gick upp i talarstolen för att ge sitt bifall till USA-regeringens förslag till Plan Colombia i slutet av 1990-talet och sammanfattade saken enligt följande:

För att kontrollera Venezuela (och världens största oljereserver) är det nödvändigt att ockupera Colombia militärt”!


Den 12 juni 2008 återaktiverades USA:s 4:e Flotta som opererar mellan Karibien, Central- och Sydamerikas atlant- och stillahavskuster. Denna flotta lades i malpåse 1950 efter det andra världskriget men är ett ytterligare inslag på den militarisering av den amerikanska kontinenten som inleddes av Bill Clinton och som senare har fullföljts av de efterföljande regeringarna, menar regeringarna i Venezuela, Nicaragua, Bolivia och Ecuador.

Den 30 oktober 2009 skrev den förre presidenten Alvaro Uribe under det militära avtalet som överlät sju militärbaser i Colombia till USA:s Sydkommando. Bland dem återfinns marinbasen i Bahia Malaga på Stillahavskusten, byggt av svenska byggföretaget ABV (dagens NCC), ägt av gruppen kring Antonia Ax:son Johnsson i mitten av 1980-talet.

”Latinamerika och Karibien en Fredszon”

Venezuelas president Nicolas Maduro anklagar nu Santos för att bryta sitt löfte till Chavez från 2010 och att ett nytt avtal mellan Colombia och Nato har sin udd direkt riktad mot Venezuela.

– Vi ska kasta ut Nato från Sydamerika och jag uppmanar Colombias folk och folken i Sydamerika att ta strid mot att Nato etablerar sig här. Det räcker med deras krig nu. Sydamerika är ett territorium fritt från militärallianser och kärnvapen, sa Maduro i torsdags (29 december 2016).

Enligt det venezuelanska utrikesministeriet innebär en militär allians i Sydamerika ett brott mot de bilaterala avtalen för Unasur och Celac, i vilka Colombia är medlem i. Dessa två kontinentala organ har förklarat ”Latinamerika och Karibien som en Fredszon”.

Nu hänger frågan till syvende och sist på kynnet hos den nye USA-presidenten. Donald Trumph har mer eller mindre räknat ut Nato och menar att den har förlorat sitt existensberättigande, vilket fått paktens anhängare inom EU att kippa efter andan.



”Outsourca” den militära apparaten

Horacio Duque.
Horacio Duque är en politisk analytiker i Colombia. Han menar att med ett underskrivet fredsavtal mellan FARC och regeringen Santos handlar det om att reducera de väpnade styrkorna, i vilka även polismakten ingår i Colombia, från de drygt 500.000 militärerna till kanske 400.000. Trots att Santos har sagt att denna gigantiska militärapparat inte ska reduceras, är det en ekonomisk omöjlighet att behålla nuvarande antal soldater i aktiv tjänst. Det handlar därför om att ”outsourca” den militära apparaten, säger Duque när jag ringer upp honom i Bogota:

– Motivet för en militär allians mellan Colombia och Nato är att skapa koalitioner för interventioner i kritiska regioner i världen, regioner där multinationella gruv- eller oljebolag opererar och där deras intressen står på spel. I dessa aktioner involveras den colombianska armén och den militära apparat som den colombianska staten förfogar över för att slå sönder andra stater. Exempel skulle främst kunna vara Venezuela, men även insatser mot Syrien, Irak, Afghanistan eller Jemen kan bli föremål för operationer.

Den  colombianska dagstidningen El Tiempo uppmärksammade den 15 juni 2013 det faktum att delar av den gigantiska militärapparaten i Colombia i dag saluförs som en "exportprodukt". Till och med hit har den nyliberala modellen kommit.


Colombianska specialstyrkor i Jemen

Han pekar på en rad exempel som till exempel de 800 colombianska militärerna från arméns specialstyrkor som rekryterats av Förenade Arabemiraten på uppdrag av Saudiarabien. Soldaterna sattes in i den krigskoalition som leds av Saudiarabien mot grannlandet Jemen. De första sex colombianerna har dödats i striderna. Men över 10.000 jemeniter har dödats av de saudiska flyganfallen.

– Nu ansluts och kontrakteras den colombianska armén och går in på den privata legoknektsmarknaden. Därför är det mycket vanligt att du stöter på kontor i centrala Bogota som rekryterar militärer som har lämnat de väpnade styrkorna. I Madrid eller Barcelona finns det rekryteringskontor som värvar colombianska överstar eller höga officerare som har gått i pension i Colombia men som nu opererar i andra länder i Mellanöstern eller Afghanistan.

Venezuela är målet för Nato

Sydkommandots förre befälhavare, John
Kelly är ute efter Nicolas Maduros skalp.
– Men jag tror att målet med ett eventuellt avtal Colombia-Nato är Venezuela. Oavsett de inre problemen som råder i Venezuela, ska vi inte missta oss, för bakom dessa problem återfinns de multinationella oljebolagen som är ute efter Venezuelas olja i Orinocos delta och colombianska Amazonas. Trumph meddelade nyligen att han utnämnt Sydkommandots och den 4:e Flottans förre kommendant, John F. Kelly, till chef för USA:s inrikessäkerhetsdepartement och inrikessäkerhetsminister i sitt kabinett som tillträder den 20 januari 2017. Kelly var oerhört fientlig i sina uttalanden mot Venezuela under tiden som chef för den 4:e Flottan. Kelly är ute efter att slå sönder Venezuelas demokratiska struktur och återupprätta den gamla oligarkin från Adeco och Copei och ta över de enorma energiresurserna som Venezuela förfogar över. Det är i det ljuset vi ska se ett nytt avtal Colombia-Nato.