Sucumbíos diez años
después
El periodista sueco Dick Emanuelsson ha cubierto Latinoamérica
desde 1977. Conoció Colombia 1980. Desde
el 1988 ha hecho reportajes en territorio bajo control de la guerrilla de las
Farc. Estuvo acreditado como periodista en Colombia desde el año 2000 y en abril
de 2005 estuvo una semana en el campamento del jefe guerrillero Raúl Reyes. Ahí
entrevistó, entre varios guerrilleros, la combatiente Susana Tellez que
sobrevivió el bombardeo el 1 de marzo de 2008.
Por las constantes amenazas de muerte durante los años
2004-2005 el reportero nórdico se vio obligado de abandonar Colombia en
diciembre de 2005. Desde ese momento vive y trabaja en Honduras, prueba de ese
hostigamiento es que en febrero de 2009 la fiscalía colombiana hizo un
allanamiento en la sede del DAS, la policía política secreta bajo órdenes de
Álvaro Uribe. Los agentes de la Fiscalía decomisaron el archivo, en el que se
encontraba una carpeta con 476 folios de reportes sobre el seguimiento del
trabajo y vida del periodista sueco en Colombia.
El reportero sueco durante una gira en el sur de Bolivar, centro de Colombia. |
Llegó a Caracas a final del mes de febrero 2008 para
cubrir los temas venezolanos y de ahí volar a Ecuador para participar en el
congreso del Movimiento Continental Bolivariano. Por diferentes razones de
coordinación de los convocantes, no pudo viajar y así, seguramente, también
salvó su vida.
Este es su testimonio que es uno de los capítulos del
libro que estrena hoy en México sobre cómo el presidente Álvaro Uribe y su ministro de defensa, Juan
Manuel Santos, asesinaron una veintena de guerrilleros y cuatro mexicanos,
varios de ellos con tiro de gracia.
Por Dick Emanuelsson
TEGUCIGALPA /
2018-01-30 / De Sucumbíos al campamento del comandante Raúl Reyes era un viaje
de aproximadamente dos horas por el Río San Miguel. Me acuerdo que el
guerrillero era todo un capitán, levantando la hélice del motor cuando no había
suficiente profundidad y con un palo navegando entre las piedras.
Era el mes de abril del año 2005. Llevaba cinco años en Colombia, acreditado
por el ex diario del Partido Comunista Sueco, convertido en 1990 a un
semanario. Suena seguramente insólito, pero me sentía más seguro en un
campamento guerrillero que tener los agentes del DAS-G3 en la cola en Bogotá o
Medellín. Las llamadas de amenazas de muerte habían comenzado a llegar por
teléfono a final del año 2004. Sentía que el tiempo en Colombia, mi segunda
patria, comenzaba a llegar a su fin.
Comandante Raúl Reyes. FOTO: DICK E. |
En la extensa entrevista que le hice al comandante Reyes en esos días y
que la titulé; “Una pequeña minoría está
imponiendo la guerra”, citándolo, el fornido pero bajo jefe guerrillero
resumía así la guerra de cinco décadas en Colombia. La oligarquía militarista
bajo las órdenes del Pentágono había llevado el país suramericano a un
conflicto social y armado con un saldo gigantesco en vidas humanas y saqueo de
sus recursos naturales.
En ese año nos encontrábamos en el Ojo del Huracán, llamado “Plan
Patriota”, el operativo más duro y fuerte durante todo el conflicto colombiano.
El centro de ese plan era el territorio del Bloque Sur de las Farc en el sur de
Colombia, en los departamentos de Caquetá, Putumayo y Nariño.
“Pastrana sacrificó los diálogos, frustró una vez más al
pueblo colombiano de avanzar mediante diálogos en dirección de la paz que reclaman
todos los pueblos con tal de apoyar al candidato del paramilitarismo, Álvaro
Uribe Vélez,” concluyó Reyes, resumiendo la ruptura del proceso de
paz en el mes de febrero de 2002 y el bombardeo al “Laboratorio de paz”, en San
Vicente de Caguán.
“Uribe era y es un
perro de guerra”, decían los sindicalistas en Bogotá. “Con él, jamás tendremos
paz”.
Reyes agregó,
rechazando la decisión del Departamento de Estado de calificar a las Farc como
organización terrorista:
“¡Los primeros terroristas son ellos, el
terrorismo de estado que asesinó a la Unión Patriótica! Que sigue asesinando
dirigentes sindicales, dirigentes estudiantiles, que sigue imponiendo el modelo
neoliberal en Colombia. Para eso necesitan la guerra y por eso necesitan un
gobierno fascista como de Álvaro Uribe Vélez.”
UNOS MESES
ANTES, a principio del mes de enero de 2005, había ingresado
al Bloque Sur de las Farc, desde el territorio ecuatoriano, Lucero Palmera,
acompañada de su hija, entonces solo tenía doce años. El compañero de vida de
Lucero era ´Simón Trinidad´.
A Simón, Uribe lo había extraditado a Estados Unidos apenas cuatro meses
antes, tras chantajearlo; si colaboraba con Uribe y la CIA para dar con la
cúpula de las Farc-EP, le darían una nueva identidad en USA. La Respuesta de
Simón fue vestirse con la camiseta de Simón Bolívar y levantar el puño en alto
contra los representantes del Imperialismo y del Terrorismo de Estado
colombiano.
´Simón Trinidad´, Ricardo Palmera, con su hija. |
Lucero, Simón y su hija, con solo doce años de edad, habían sido
detenidos en la capital ecuatoriana, Quito, durante una misión que tenía como tarea
de buscar a James Lemoyne, la mano derecha de Kofi Annan, secretario general de
la ONU para encontrar una salida del tema de los prisioneros de guerra. El
pelele de los gringos, el coronel ecuatoriano y elegido presidente Lucio
Gutiérrez, colaboró con la CIA y la inteligencia militar colombiana para dar
con Simón y Lucero. Como no había orden de captura para Lucero, ella y la hija
se movieron rápidamente al norte de Ecuador, cruzó el Río San Miguel para
unirse con los combatientes del Bloque Sur. Simón Trinidad fue extraditado de
Ecuador a Colombia donde Uribe lo recibió como un trofeo de guerra.
Lucero Palmera en abril 2005. FOTO: DICK EMANUELSSON. |
En la emisora "Voz de la Resistencia del Bloque Sur de las FARC-EP". FOTO: DICK EMANUELSSON. |
Lucero quedó encargada de la emisora “Voz de la Resistencia” del Bloque
Sur y fue internada en la selva profunda con un cordón de unos 20 guerrilleros
donde armaron un campamento especial para la función de la radio. Ahí le hice
la extensa entrevista a esa impresionante y alegre mujer en abril de 2005 y la cité; ¡“Ni Uribe, ni
el imperialismo podrán detener esta organización que todos los días se
fortalece”! [en YouTube]
En septiembre de 2010, murió al lado de su hija, que había llegado,
desde Quito, cuando la aviación colombiana bombardeó parte del campamento del
Frente 48. Murieron una treintena de guerrilleros. Agentes del DAS, operando en
territorio ecuatoriano, había colocado un chips en la chaqueta de la hija que
entonces tenía 18 años y el chips era las coordenadas de la aviación, que con
la tecnología de punta “Made in USA” tiraron su carga mortal, como habían hecho
1º de marzo a las 00.30 de la noche el 2008.
Era el mismo dúo, Uribe&Santos, “los Perros de Guerra”, como decían
los sindicalistas, que eran los responsables por haber asesinado otra vez civiles,
esta vez una mujer civil, sabiendo incluso que era civil ya que ella llevó el
chips en su ropa. Así hacían los gringos en Vietnam, los cobardes, echando toda
una “alfombra” de bombas primero para después enviar las tropas de la
infantería para ver si había sobrevivientes.
EL GUERRILLERO ARNOBIS, con su ametralladora Punto 60. FOTO: DICK EMANUELSSON. |
EN EL BOMBARDEO
ESA NOCHE FATAL de 2008, se encontraba un combatiente fornido y fuerte
que llevaba la ametralladora del campamento, siempre situado en el centro para
poder dar fuego hacia todos los flancos en caso de ser atacados. Arnóbis era un
negro muy humilde, hijo de campesinos. Seis primos de él habían sido asesinados
por el Ejército Nacional en una masacre en el departamento de Putumayo. Posaba orgullosamente
con su arma para la cámara mía y de ser guerrillero de las Farc [Entrevista].
“Mirando las
razones que ocurren en el país, uno mejor toma esta vida guerrillera. Y es por
razones sociales, económicas, pobreza, miseria, abandono, todo lo que tiene que
ver con la parte criminal de un sistema egoísta”.
Esas fueron las palabras y respuesta del guerrillero fornido y moreno.
Le había preguntado ¿por qué enrolarse a
la guerrilla sabiendo el peligro que significa? Pero Arnóbis, colocándose
su boina camuflada, se reía y decía, que ser humano y civil en Colombia
significa correr el riesgo de ser víctima por el terrorismo de estado si uno
realmente quiere cambiar el país. Por eso estaba donde estaba.
ERA UNO DE MILES DE JÓVENES colombianos que
habían ingresado en las filas guerrilleras. Porque han golpeado miles de
puertas para conseguir un cupo a la universidad, o un cupo de trabajo en alguna
empresa, haber hecho filas como miles de sus compatriotas por decenas de
cuadras para solicitar una beca de estudios o trabajo en el exterior. Pero en
cada parte los Hijos del Pueblo son negados el derecho humano a un trabajo, a plaza
de estudio y son objetos, si lo consiguen, a una explotación de esclavitud
moderna, al estilo de los empresarios neoliberales.
O por ser familiar de un luchador popular, son asesinados y en la
guerrilla ven una puerta y futuro para salvar la vida, sabiendo que el estado y
sus paramilitares te buscan. Así pensó Arnóbis y así me explicó este
guerrillero que sabía también, como Lucero, que el guerrillero muere
generalmente en la guerra, joven o con los años. Pero no se preocupaba.
Durante el proceso de paz en la Habana, la Delegación de Paz de las Farc
solicitó a los gobiernos de Colombia y Ecuador y la Cruz Roja Internacional la
repatriación de los restos de Arnóbis y la veintena de guerrilleros que
quedaron en las tierras de Sucumbíos, 1700 metros del río fronterizo con Colombia,
lugar donde estaba situado el campamento transitorio de Reyes. También cuatro
universitarios mexicanos, que habían llegado la noche anterior, murieron en el
bombardeo. En su comunicado la delegación insurgente comunicaba:
“Las Farc-EP han solicitado la intervención del Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) para que colabore en el proceso de tal
repatriación, con sus respectivos exámenes forenses que permitan la
identificación y posterior entrega a sus familiares a fin de que se les dé
sepultura digna, y han pedido que dicha Organización humanitaria coadyuve al
esclarecimiento del fin último que tuvieron los restos del comandante Raúl
Reyes, lo cual contribuirá enorme y eficientemente a ir abriendo el sendero de
la paz que tanto necesita Colombia”.
El mismo escenario; un tiro de gracia en la espalda de este guerrillero. |
ARNOBIS Y SUS
CAMARADAS DIERON su vida para la Nueva Colombia. Los testimonios
humildes que logré captar de una parte de la historia de Colombia reflejan los
sentimientos, pensamientos y las razones a las cuales persiste el conflicto
social y armado en el país suramericano, lejos de ser terroristas, son seres
humanos que un día tomaron una decisión drástica de ingresar a las filas
guerrilleras. Arnóbis fue un ejemplo.
La guerrillera Susana Tellez fue una de las sobrevivientes, junto con la
guerrillera Diana y la universitaria mexicana Lucia Morett. En 2005, charlamos
y entrevistéa Susana. En la pantalla del canal Telesur la vi nuevamente en un evento
público desde Managua, Nicaragua, junto con Diana y Lucia. Nos volvimos a ver 2011
en Managua y posteriormente en diciembre de 2015, después que habían recibido
“luz verde” por parte de Iván Márquez, nos permitieron entrevistarlas
en Managua.
Nos contaron cómo fue la noche y las dos guerrilleras han analizado durante
casi ocho años ¿por qué pasó el bombardeo?
– Había muchos movimientos en los alrededores del campamento por
desconocidos, dice Diana.
– Estamos seguras que teníamos infiltración de guerrilleros recién
llegados, agrega Susana.
Las guerrilleras sobrevivientes; Diana y Susana. En el centro Raúl Reyes.FOTO: DICK EMANUELSSON |
Diana es llevado por militares ecuatorianos. |
MUCHAS VECES HE
RECORDADO las secuencias del mes de abril de 2005 y la noche 1
de marzo de 2008. Estuve en el aeropuerto de Maiquetía en las afueras de
Caracas, esperando mi maleta que venía con el avión de Maracaibo donde había
cubierto el congreso fundacional del partido gobernante, PSUV. Cuando recibí
una llamada de Juan Carlos Tanus, director de “Colombianos en Venezuela”.
“Acaba recibir la noticia que bombardearon el campamento de Raúl Reyes”.
– ¿Está confirmado? le pregunté.
“Sí, y está confirmado que él está muerto y unos veinte guerrilleros
más”, contó el amigo.
Eran las 15.00 horas de la tarde ese sábado. La tristeza se me inundaba,
recordando la cara de Arnóbis, Susana, la joven enfermera Marcela, el tosco
pero disciplinado y mando medio Jairo y la veterana guerrillera y sobreviviente
del genocidio político de la Unión Patriótica, Catherine Miller (que en ese
momento estaba en una otra misión, nos encontramos con ella en julio 2012 en el
Bloque Caribe).
Menos pensé que también yo hubiera podido estar entre los muertos.
Resulta, que los convocantes al congreso en Quito, estaban organizando pasajes
muy baratos desde Caracas-Quito. Cada día intenté hablar por teléfono y a final
me resigné. Además tenía muchos temas a cubrir en Venezuela y lo dejé así no
más.
Lo que nunca pude imaginar era el hecho que varios de los participantes
en el congreso del Movimiento Bolivariano Continental, MBC, entre ellos los
cinco jóvenes mexicanos, viajaron al norte de Ecuador y ahí, entrando a la
densa selva ecuatoriana, llegaron tarde ese viernes para encontrar la muerte en
la noche. Si me hubieran ofrecido ir donde comandante Raúl, no había dudado. El
reportero no piensa dos veces cuando sabe que el tema es “caliente”.
“El Dúo de Perros de Guerra”, Uribe&Santos, cometieron crímenes de
guerra en forma flagrante. Los gringos bajaron la voz y mantuvieron un perfil
bajo ante el hecho de la invasión militar colombiana al territorio ecuatoriano.
El año siguiente, el digno presidente ecuatoriano Rafael Correa expulsó los
marines y el Comando Sur desde la base de La Manta, dos minutos de vuelo a la
frontera colombo-ecuatoriana y la guerra de los gringos a través el Plan
Colombia y Plan Patriota.
Los cuatro jovenes mexicanos muertos por el bombardeo y Lucía Morrett (en centro) que sobrevivió. Una manifestación en las afueras de la embajada de Colombia en Ciudad de México. |
EN CIERTA FORMA
SE CERRÓ el ciclo de la fatal y trágica noche cuando Miriam y
yo llegamos a México en el mes de mayo de 2015. Fuimos recibidos por varios de
los familiares de los cuatro jóvenes mexicanos. Fue un encuentro hermoso, lleno
de sentimientos, sobre todo la visita en el Museo de Derechos Humanos en la
Ciudad de México donde hay un pabellón especial sobre cómo el Terrorismo de
Estado guerrerista de la oligarquía colombiana apagó la vida de cuatro
universitarios mexicanos, cuyos deseo solo era saber más de la vida y de
Latinoamérica, en este caso Colombia.
El legendario poeta y revolucionario soviético, Vladimir Mayakovski,
resumía en tres frases el contenido del fascismo:
“El fascismo es hambre, el
fascismo es terror, el fascismo es guerra”.
Así se expresó el fascismo esa noche gris el 1º de marzo de 2008.
Vea el video-reportaje del El Museo de la Memoria Indómita contra el
Terrorismo de Estado en México y la entrevista con los padres:
Uribe&Santos
asesinaron a cuatro universitarios mexicanos en Ecuador: