martes, 6 de septiembre de 2016

Los Acuerdos de Paz del M-19 el 1990 y de las FARC 2016, como los ve la ex combatiente del M-19 María Eugenia Vásquez [2-2]




Los Acuerdos de Paz del M-19 el 1990 y de las FARC 2016, como los ve la ex combatiente del M-19 María Eugenia Vásquez [2-2]

“No fácilmente se desmonta la guerra”

Por Dick Emanuelsson, Resumen Latinoamericano
Trascripción Nechi Dorado

Primera entrega:
Segunda entrega: 
Los Acuerdos de Paz del M-19 el 1990 y de las FARC 2016, como los ve la ex combatiente del M-19 María Eugenia Vásquez [2-2]

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EN LA PRIMERA ENTREGA de la entrevista, la ex guerrillera María Eugenia Vásquez hablaba sobre el surgimiento de la insurgencia del M-19 y las diferentes acciones realizadas durante sus 20 años en el movimiento, llegando hasta el día de hoy, cuando Colombia se prepara para ir a un plebiscito para decir sí o no al Acuerdo final elaborado durante casi cuatro años en La Habana.

Cuenta de las ricas experiencias que fueron los “Campamentos de Paz” en las treguas 1984 y 1986 con el gobierno en turno, en donde la población fue partícipe en los talleres de la paz. Pero como el Estado Colombiano es traicionero, como dice María Eugenia, los guerrilleros también le dieron formación política y hasta militar a los civiles que fueron en parte incorporados en la insurgencia cuando el gobierno rompió la tregua. Es interesante la comparación de los Campamentos que estipula el Acuerdo Final con las Farc en donde los guerrilleros de las Farc no puede recibir civiles en los campamentos y no puede ejercer tareas políticas y menos militares durante los 180 días que permanecerán allá. Gradualmente entregarán los fusiles a la ONU.

También habla la ex combatiente del M-19 de un tema muy interesante al respecto de la mujer, que en cierta forma fue “olvidada” en el Acuerdo con el “M” hasta que fundaron ellas mismas la Red Nacional de Mujeres Ex Combatientes. Todavía existe la Red.

Sostiene, que el movimiento político que surgirá de la guerrilla de las Farc tiene que ser sensible y escuchar muy bien a la población y los movimientos populares y sociales existentes en el país. No debe cometer los errores del pasado del M-19 u otros movimientos insurgentes. Actuaron en forma vertical y hegemónica y las Farc deben asegurarse de crear estructuras internas y externas verdaderamente democráticas de su organización.

El ejemplo del M-19 es válido, porque salió como vencedor en las elecciones para elegir diputados a la Asamblea Nacional Constituyente el 9 de diciembre del 1990, pero poco tiempo después, el pueblo colombiano le dio la espalda en las siguientes elecciones y el inmenso capital ganado fue desapareciendo por no entender al pueblo.

*  *  *

La reinserción de los guerrilleros 1990

En esta segunda parte de la entrevista me gustaría que me hablaras sobre la experiencia tuya después de la firma de los acuerdos de paz del M-19 y el estado colombiano. Después podemos hablar un poco sobre ¿qué es lo que esperan los guerrilleros y guerrilleras de las FARC en la incorporación a la vida civil? Pero primero; ¿cómo fue la vida de María después de la firma de paz del M-19?

– Como te comentaba (anteriormente), yo no hice parte (del proceso). Ya estaba retirándome de la organización cuando la firma de los acuerdos. Sin embargo estuve cerca mis compañeros y compañeras todo ese tiempo, viviendo con ellos, sobre todo con ellas, porque empezamos a reunirnos, a juntarnos, pero viviendo con ellas y ellos lo que era el proceso de reintegración a la vida civil. Entonces creo que es muy diferente lo que sucedió en los años ´90, a lo que va a ser ahora.

– ¿Qué pasó en ese momento? El programa de reintegración hizo, propició o facilitó que se organizaran unas ONGs de cada uno de los grupos que se habían desmovilizado para que atendieran, con dinero del estado, a su militancia. Entonces vinieron los programas que en ese tiempo se llamaban programas de reinserción, pero digamos, cuáles fueron positivos: los programas de educación.

– Los proyectos productivos, muy pocos pudieron salir adelante, entre ellos lo que se hizo con el noticiero AM PM; lo que se hizo con el programa de vivienda que organizaron algunos compañeros y algunas pequeñas empresas de ediciones, un observatorio, no fueron muchos los que sobrevivieron.. Los proyectos educativos fueron interesantes porque permitieron a la militancia rasa terminar el bachillerato, algunos ingresar a la universidad y hacer algunos acuerdos con universidades públicas para que se pudieran graduar.

– Sin embargo, frente estos dos beneficios, así se llamaron en ese tiempo, las mujeres no alcanzaron los niveles de satisfacción porque para la educación no fueron contemplados los horarios que les permitieran a ellas cuidar de las familias y a la vez estudiar. Entonces las sacrificadas para obtener educación fueron muchísimas compañeras.


Miembros del Comando superior del M-19 en 1985: Alvaro Fayad, Antonio Navarro, Iván Marino Ospina, Carlos Pizarro, Gustavo Arias.


DE: El doble papel de la mujer

María: – Claro, el doble papel y además los proyectos productivos se hacían a nombre de las familias y por supuesto a nombre del varón. Entonces cuando el varón terminaba su relación de pareja con esa compañera y se conseguía otra compañera, era esa nueva compañera la que se surtía de esos beneficios y la otra quedaba a la deriva.

– Esos fueron los casos muy decisivos para las mujeres dentro de los problemas de reinserción, destaco que los proyectos educativos fueron los que más utilizó la gente para terminar preparada por lo menos en algunos proyectos básicos educativos.

DE: María, antes que sigamos, ¿qué cantidad de guerrilleros fueron incorporados en esos programas, en total cuántos fueron registrados en la entrega?

María: – No tengo las cifras en mi memoria. De todas maneras el porcentaje de mujeres era menor como ha sido siempre y también que mucha gente no hizo parte de los proyectos por varias razones. Primero, por desconfianza. Segundo, porque no tuvo la información y tercero, porque como yo, no entraron en esos programas porque no quisieron. 

María Eugenia Vázquez interviene en La Habana en representación de la Red de Ex Combatientes de la Insurgencia colombia. FOTO: BOUVIER.


DE: ¿Muchas de las milicianas y milicianos por su carácter de clandestinos no quisieron aparecer también?

María: – También, pensaban que participar en los programas era como descubrirse, salir a luz pública. Esos han sido los problemas de la desconfianza cuando habían sido clandestinos durante tanto tiempo y nadie los había vinculado con el “M”. En mi caso, ¿qué hace una persona cuando no tiene apoyo para su regreso a la vida civil? Yo me apoyé en las redes políticas. Entonces la fortaleza era haberlas mantenido; fue una cantidad de gente amiga la que me facilitó su casa para los primeros trabajos. Es decir, contratarme para que apoyara una investigación, aunque mi nombre no apareciera fue muy importante para mí. Porque ahí retomé mi tarea de antropóloga e investigadora. Pero no toda la gente tiene la posibilidad de acudir a las redes familiares o a las redes políticas de apoyo.

– La desazón es muy grande, pues han sido parte de un colectivo y ahora hay que valerse como individuo a pesar de que las organizaciones contaban con estas ONGs: Compas por el lado del M-19, Progresar por el lado del EPL, o Sol y Tierra por el lado del Quintín Lame. Pero de todas maneras la construcción de una individualidad y de una autonomía es el proceso más difícil. Mucha gente no llega a construir una autonomía real. Entonces se quedan en la demanda personal de los auxilios de la reinserción. . Es decir, no se construye el sujeto político en esas condiciones porque no hubo un énfasis suficiente.

La Red Nacional de Mujeres Ex Combatientes

– Yo esperaría que las FARC tomaran eso como una lección y mantuvieran los colectivos pero trabajando para construir una autonomía ciudadana. Porque si no, van a estar esperando siempre que les den la orden y entonces no serán agentes de cambio activos, por llamarlo de alguna manera.

DE: ¿Y pasan a sentirse huérfanos?

María: – Totalmente, y por eso recurríamos a los grupos de amigos y amigas y recurríamos a contarnos las historias. Por fortuna en el M-19 nos reuníamos constantemente, nos reímos de lo que nos pasaba pero los casos eran dramáticos, creo que igual pasó con los Montoneros (en Argentina) y con la gente chilena. Eran hombres construidos para ser héroes y de repente se veían lavando platos en casas y de pronto el desempleo.

DE: ¿Les favoreció que parte de la militancia del M-19 era urbana?

María: – Yo creo que eso favoreció.

DE: En cambio gran parte de las FARC es del campesinado.

María: – Es campesina, sí, aunque nosotros teníamos muchos compañeros campesinos. Eran indígenas que regresaron a sus comunidades. Y un caso interesante es el de Quintín Lame (organización guerrillera indígena). Estoy hablando de la experiencia en la Red Nacional de Mujeres Ex Combatientes de la Insurgencia. Y es que las mujeres quintinas estuvieron muy silenciadas durante todos estos años y hace unos 4 ó 5 años, a través de las reuniones que convocó la red nacional de mujeres ex combatientes, ellas volvieron a reunirse y las autoridades indígenas del Cauca asistieron a esas reuniones y las reconocieron a ellas como luchadoras por la tierra y la cultura. O sea, también después de la firma de los acuerdos hay un ostracismo, un regreso a la trastienda como digo yo de los combatientes y en especial de las mujeres combatientes. Es ahí donde se les reclama volver a la cocina y volver al hogar.


Guerrilleras del Bloque Caribe de las Farc. FOTO: DICK EMANUELSSON


– Para nosotras y para contarte un poco de la experiencia.

– Diez años después de la firma de los acuerdos por una pregunta externa que nos hizo una periodista en ese entonces, Elvira Sánchez Blake, sobre ¿qué había pasado con nosotras después de la firma de los acuerdos? Cuando nos reunimos para pensar en la respuesta, realmente lo que encontramos era que muchas de nosotras que éramos mujeres con vocación política habíamos dejado de hacer política. No estábamos dentro del partido olas que estaban habían sido relegadas como suele suceder dentro de los partidos. Es decir, no participaban activamente ni tenían garantías para hacerlo en igualdad de condiciones que los varones. Encontramos que había un gran déficit de participación y representación política y decidimos reunirnos en lo que desde entonces es la Red Nacional de Mujeres Ex Combatientes de la Insurgencia.

– Hicimos una primera reunión nacional y esa primera vez fueron más de 120 compañeras. Hicimos una indagación de qué era lo que estábamos haciendo y la mayoría de nosotras que veníamos de diferentes organizaciones, estábamos trabajando en lo social de otras maneras. Es decir, se trabajaba con víctimas del conflicto armado, se trabajaba con niñez o se trabajaba con medio ambiente o se apoyaba la organización comunitaria. Eso fue una de las conclusiones y luego hicimos una reunión internacional con las centroamericanas que fue muy importante porque se centró más en la reflexión de ¿por qué nosotras no habíamos logrado una participación política como lo habían logrado las centroamericanas?, ¿cuáles eran las dificultades? Y bueno, digamos que esa red sigue siendo un punto de encuentro para pensarnos y pensar en el país desde nuestra identidad común: excombatientes de la insurgencia.

DE: ¿Cuáles fueron las dificultades y cuáles fueron las diferencias con las centroamericanas?


María: – Las centroamericanas entraron a participar de una manera muy fuerte y muy organizada. Dentro de sus partidos lograron unas bancadas. En cambio aquí, la participación de las mujeres había sido muy difícil y la mayoría de nosotras no estábamos dentro de los partidos. En Colombia hay una gran desconfianza en las organizaciones partidarias, no olvidemos que hubo bipartidismo (pacto entre dos partidos para repartirse el poder) hasta los años ´70 y luego vino una apertura a un tercer partido que fue la ANAPO , pero en las elecciones hubo fraude electoral.

Ex guerrillera del FMLN. FOTO: DICK EMANUELSSON


–El nuestro ha sido un país que poco ha funcionado de una manera amplia en lo político. Los partidos políticos han sido más bien de las élites que hacen sus negociaciones internas para mantener el poder, no sentimos que los partidos representen nuestros intereses como mujeres populares. Esa era una de las diferencias con las centroamericanas, las salvadoreñas, las nicaragüenses en ese momento.

– Hasta ahora la red se ha mantenido. Te decía que la red propicia encuentros donde podemos hablar entre nosotras de las cosas que todavía nos afectan. Hemos sido las únicas que nos mantuvimos organizadas como excombatientes, porque los varones se han aglutinado por momentos los partidos. Pero los partidos han tenido muchos cambios, desde la Alianza Democrática - M-19 hasta hoy, el Polo Democrático o los Progresistas. En mi opinión se han debilitado.

DE: Lo que me interesa mucho también es que tu hablaras sobre los Campamentos de Paz. Es cierto que había varios procesos de paz del año ´84 y el ´86, también terminando en Santo Domingo los ´90 cuando dejaron las armas. Pero esos campamentos de paz me interesan mucho porque en el libro (“Escrito para no Morir”) que escribiste se habla con gran entusiasmo sobre cómo funcionaban esos campamentos de paz donde la población de los barrios, allá en el distrito de Agua Blanca en Cali, barrios populosísimos, entraron los jóvenes, empezaron a tener esa formación política, incluso en el ´84 ya empezaron a tener sus cursos como milicianos político-militar, preparándose por cualquier cosa que pudiera pasar en un estado traicionero. Cuéntanos un poco sobre eso.

María: – El año ´84, ´85 se firma una tregua para que hagamos política sin armas. En ese tiempo hay unos campamentos que son muy importantes. El campamento de los Robles en el que se citó a la sociedad nacional e internacional para asistir a la IX Conferencia que se llamó “Congreso de la democracia” y fue un gran éxito. Eso se hace en contra del gobierno y se hace para denunciar los ataques del ejército al campamento de Yarumales donde estaba concentrada la fuerza militar con Carlos Pizarro a la cabeza, y que fue atacada a pesar de que allí estaban los comisionados de paz delegados por el gobierno –en el Cauca-.


– Después de eso viene el Congreso de los Robles al que asistieron más de mil personas y en el que se hizo la propuesta de “seremos gobierno” y vamos a luchar porque haya un nuevo acuerdo de tregua y diálogo. De los Robles salimos a hacer política sin armas a los campamentos urbanos, a los campamentos de paz en las ciudades.



“Preparándonos para la insurrección”

– ¿Qué eran esos campamentos de paz? Eran unos lugares en los que teníamos contacto con una población que en ese momento confiaba mucho en que la insurgencia era una garantía para sus luchas, para impulsar sus agendas públicas, para luchar por sus derechos. En esos campamentos se aglutinaba la gente nos ofrecía respaldo y confiaban en nosotros para ayudarles a resolver sus conflictos, sindicales, populares y hasta familiares. Todavía en esos años estábamos preparándonos, digamos, soterradamente también para la insurrección en caso de que las cosas no resultaran como esperábamos. La desconfianza era mutua, del gobierno hacia nosotros y de nosotros hacia el gobierno. 

Antonio Navarro Wolff perdió parte de la pierna. 
– De eso resultan varios ataques a las fuerzas nuestras cuando salían o entraban a los campamentos porque ahí estaba todavía la gente armada y afuera estaba la gente desarmada. Hubo varios ataques a la gente que entraba y salía de los campamentos y por último el atentado a Antonio Navarro Wolf y al estado mayor de las milicias que teníamos en Cali donde resultamos también heridos Carlos Alonso Lucio, Eduardo Chávez y Alvaro Alvarado.

DE: ¿Y fue por un agente del DAS, no, esa bomba que colocaron en esa cafetería?

María: – Si, y resulto herida yo que estaba en estado de embarazo. Unos días después y dados los ataques, porque el nuestro era uno de los tantos ataques, Pizarro declara rota la tregua. Esa tregua se rompe en el año ´85 y viene a finales el ataque al Palacio de Justicia, que trata de hacer un juicio a esa que consideramos traición a los acuerdos de diálogos y tregua con el M-19.

– Después del Palacio de Justicia sigue la confrontación hasta el año ´89 cuando se firman los primeros acuerdos previos a la firma total de acuerdos de paz, a finales del ´89, principios de los ´90. Entonces viene lo que Pizarro llamó Lanzarse al Vacío, porque era lanzarse a la vida pública cuando todavía no se aprobaban en el Congreso los acuerdos que se habían hecho a finales del año anterior. Esa salida a la luz pública es lo que le cuesta la vida a Pizarro, sin que los acuerdos estén consolidados.

– Viene la constituyente que es una maravillosa idea de confluencia frente propuesto por el EPL, lo que propone el M-19 y los estudiantes de la séptima papeleta. En esa constituyente creo que la confianza de la gente en la insurgencia que firmaba acuerdos y en esa juventud que apoyaba la constituyente, se expresó en las urnas y claramente hubo un gran respaldo a la insurgencia que firmó los acuerdos de paz. Pero a la vez hay un gran problema, hay gran confianza y también una gran expectativa. Se está esperando que tras la firma de los acuerdos y de la constituyente, el país cambie. Y esto es un peligro para este momento también.

– Grandes expectativas que tras la firma de los acuerdos y la constituyente se va a hacer la revolución. Y cuando la gente no ve los cambios, inmediatamente empieza a desanimarse, a perder confianza. Y cuando vienen las elecciones y la insurgencia ocupa los cargos públicos, no toda la insurgencia transforma sus prácticas.


– Mucha de esa insurgencia simplemente se contagia de las prácticas electoreras y politiqueras, de las prácticas tradicionales. Y frustran la expectativa que hay sobre muchos de esos representantes que ha elegido el pueblo a los cargos públicos. Sin embargo, algunos personajes como Antonio Navarro, Vera Grabe, Gustavo Petro y otros más hicieron una buena gestión. Petro gana la elección (de la alcaldía de Bogotá) 2012, la gana porque hizo un muy buen trabajo como senador. Sus denuncias, creo que son de las primeras noticias sobre el paramilitarismo en la costa y sobre la parapolítica. Denuncia, además, la corrupción en el Distrito Capital durante el mandato de Samuel Moreno. Petro gana las elecciones, va a la alcaldía y construye algo que para mí fue maravilloso, el proyecto de Bogotá Humana. Su programa de gobierno, trabajado colectivamente por muchas personas con experiencia en diversos temas era un pulso muy fuerte con las élites que se habían lucrado con los grandes negocios de la capital, Bogotá.

Gustavo Petro ganó la alcaldía de Bogota, el segundo cargo más importante de la República y causó rabia en la oligarquía colombiana. El etablicimiento trató de hacerle la vida imposible con sabotajes de todo tipo. FOTO: LAS2ORILLAS.


El ejemplo de la alcaldía de Petro y “la Bogotá Humana”

– Pero, además de tener muchos enemigos no supo tejer alianzas políticas al interior del Consejo y tuvo el Consejo en contra, además de las élites a las que había frustrado sus negocios y al Procurador. Así que el tiempo de Petro fue un tiempo muy complejo que nos da un claro mensaje de lo difícil que es para una izquierda democrática en cargos públicos, poder gobernar, porque está en contravía. Sobre todo poder gobernar con la posibilidad de hacer transformaciones pues se encuentra con muchísimos obstáculos.

– Las transformaciones del programa de la Bogotá Humana en sus cuatro años están siendo desmontados en el primer año de esta administración (de Enrique Peñalosa). Nos muestra también la fragilidad de las transformaciones que logra hacer un gobierno de izquierda democrática. Hay transformaciones, se intenta hacer cosas, quedan dentro de la norma porque Colombia es un país de normas. Pero a pesar de la norma pasan a ser desmontadas por falta de presupuesto, todo puede ser desmontado por las alianzas políticas de las élites.

“Revisar las prácticas profundas políticas de la izquierda”

–Hay lecciones, hay aprendizajes pero todavía las izquierdas no hemos hecho una reflexión a fondo sobre qué hicimos bien y qué hicimos mal. No podemos estar siempre a la defensiva pensando que la culpa es de las élites. Hay que revisar de manera profunda las prácticas políticas de la izquierda en Colombia, que es una izquierda muy fragmentada. Creo que también como resultado de tantas mierdas, nosotros desde que somos república estamos peleando, así que somos un país con una sociedad muy fragmentada.

– Comentaba lo que había pasado con los campamentos de paz, que derivaron después en una gran represión de las fuerzas gubernamentales contra la gente de los campamentos que nos apoyó y de los sectores populares que adelantaban la lucha. Hubo una gran arremetida de la derecha y paramilitar contra muchos líderes políticos y populares de movimientos sociales.

– Fueron unos años muy difíciles, entre finales de los ´80, ´90, ´97 vinieron también las grandes masacres paramilitares en las zonas rurales, en la costa, bueno, ya conoces la historia tan difícil de estos últimos años. 

El comandante guerrillero de las Farc, Edison Romaña en La Habana. FOTO: DICK EMANUELSSON



La preocupación del comandante Romaña (Farc) de las ´Corraleas´ y el Estado traicionero

DE: En diciembre del año pasado (2015) entrevisté en La Habana a Edison Romaña, el comandante que es parte de la delegación de paz de las FARC y también integrante de una subcomisión técnica. Él expresó realmente preocupación, porque me decía que los generales que están en la comisión técnica, nos quieren meter en una corralera. Me parece que son cárceles en donde no tendremos conexión con la población. Y decía Romaña, que sinceramente es así, es mejor que siguiera la guerra “porque yo estoy en contacto con la población todos los días”. Sentía la preocupación, la incertidumbre de que podría ser esas corraleras. Y ahora firmaron ese acuerdo que van a concentrarse y en seis meses van a ir entregando las armas y punto.

María: – Fíjate que cuando sucedió la primera confrontación entre las FARC y el ejécito (mediados del mes de julio, 2016). Yo recordaba, sin perder las esperanzas, porque necesitamos de estos acuerdos que están por firmarse entre las FARC y el gobierno, que cuando se iban a firmar los acuerdos con el M-19 , un grupo del ejército atacó a la columna de Iván Marino Ospina que bajaba al (municipio) de Corinto para la firma de los acuerdos de tregua del ´84. La caravana que trasladaba a Pizarro para la firma de esos acuerdos también fue atacada por la policía y allí resultaron heridos Pizarro y su compañera de ese momento, Laura.

– Lo que sucedió con las FARC hace unos dos días, una confrontación, que todavía está examinándose a ver quién tuvo la culpa. Me hacía recordar que también en el año ´94 a Enrique Buendía, uno de los negociadores de la Corriente Renovación Socialista (disidencia entonces del ELN), que estaba por firmar acuerdos de paz, lo asesinaron cuando iba por un contingente de hombres que para conducirlos hasta el campamento de concentración, en Flor del Monte, municipio de Ovejas en la zona de Montes de María. 

Enrique Buendía, negociador de paz de la CRS fue asesinado friamente por militares que venían en cuatro camiones. En la foto la CRS entrega sus armas en un evento en Montes de María.
FOTO: ARCOIRIS.


¿Quién pierde con la Paz?

– Siempre suceden estos enfrentamientos. Considero que hay grupos, sectores de las fuerzas militares a los que no convienen los acuerdos de paz. Pero también es que éstos son momentos muy inestables, en los que cualquier equivocación puede conducir a un combate. Es decir, no fácilmente se desmonta la guerra, no.

– En los campamentos que están proyectados ahora, efectivamente van a tener 180 días a las FARC aisladas de la población civil. Pero posteriormente van a hacer política y a participar en los movimientos sociales, a reintegrarse como ciudadanos y ciudadanas a la vida civil. Es un paso muy importante que tal vez no se logra dimensionar en 180 días, a pesar de toda la pedagogía que se desarrolle, , a pesar de todo lo que se les hable, a estos hombres y mujeres muchos de los cuales han permanecido 20 años en la guerra.


Los primeros pasos en la trocha a la vida civil y política

– Ese paso a la vida civil no es fácil. La construcción de una ciudadanía democrática, con pensamiento autónomo, con pensamiento crítico es cuestión de un proceso muy largo. Y ahí vamos a tener que estar todas y todos pendientes, no solo para abrir las compuertas y recibir a la gente que llega, sino a tener serios debates alrededor de las prácticas políticas, porque van a llegar nuevos liderazgos, por llamarlos de alguna manera, farianos, de hombres y mujeres que van a empezar a hacer política, porque esa es la misión después de dejar las armas. Hacer política para llegar a confrontarse con unos liderazgos que se han construido en la resistencia. Vamos a ver si hay lugar para todos, qué prácticas y que formas de liderazgos necesitamos en la nación.

– ¿Necesitamos liderazgos fuertes, hegemónicos, jerárquicos o necesitamos liderazgos democráticos que construyan en colectivo? Ahí habrá todo un aprendizaje. Con los años y la práctica política, con las comunidades, aprendemos a escuchar a otros y otras, a dejar de pensar que somos la vanguardia y tenemos la verdad absoluta y a ver, con ellos y ellas, cuál es la salida. Todos los cambios se hacen paulatinamente, la paciencia, la estrategia es lo que nos tiene que acompañar de aquí en adelante. Procesos, procesos, procesos, no vamos a ver cambios inmediatamente.

– ¿Qué esperan estos muchachos y muchachas? Una zambullida en lo que tenemos como país; no es el país de nuestros sueños, tenemos mucho por hacer, mucho por aprender y lo tenemos que hacer juntos. Yo esperaría que se fortalecieran en movimientos o en partidos políticos, como fuera. Pero que sea un objetivo el cambio de las prácticas políticas actuales y entender de otra manera la función de los cargos públicos, si se llega a los cargos públicos.
  

Activistas de la Alianza Democrática del M-19 en Plaza Bolívar, Bogotá. FOTO: SEMANA.


Propia autonomía y protagonismo de las Farc

DE: Justamente por eso te hacía esa pregunta del enorme capital político que tuvo la Alianza Democrática del M-19 después de la Constituyente, capital humano que perdió bastante rápido y la organización después se cayó prácticamente en pedazos. El pueblo vio, como tú dices, si no se hace una nueva política o nuevas formas de trabajo político es muy fácil que el Estado, que es muy hábil, copta a esa gente como pasó en esa época en la década del ´90. Yo creo también, conociendo un poquito como piensa la gente de las FARC, que ellos quieren también tener su propia autonomía y protagonismo en medio de muchas ONGs y movimientos sociales.

María: – Claro que tendrán protagonismo. Lo que uno esperaría es que no sea un protagonismo hegemónico, que lleguen con humildad a aprender de lo que ya hay. Es que el país no va a nacer con los acuerdos. Hay un país que camina. Hay unos movimientos sociales que han resistido todos estos años, que han puesto muertos también, porque muchas veces son más los muertos de los movimientos sociales que los que caen en la guerra. Si de muertos se trata, la población civil ha puesto también muchísimos en la defensa de sus derechos.

– Lo que queremos es que tengan protagonismo, que tengan lugar en el debate de las ideas, que se constituyan en colectivos políticos, en agentes políticos, pero agentes políticos con capacidad de transformarse con otros y otras, de construir alianzas. Porque hasta ahora las insurgencias, me incluyo, hemos sido muy hegemónicas, hemos creído que el poder está en las armas y resulta que el poder está en la política y la política se construye día a día, escuchando los intereses de diversos sectores del país.

DE: Claro, desde los barrios, desde la aldea, los corregimientos. ¡Tienes toda la razón! Yo veo en todos estos años como reportero, por ejemplo en El Salvador, todavía existe la estructura vertical en el FMLN, donde la Comisión Política es otro grupito. No me acuerdo de cuántos integrantes si son 9 o 10 personas que prácticamente toman la decisión de quien va a ser el postulado, en un pequeñito municipio en Chalatenango, para ser el alcalde. O sea, el reconocimiento, la militancia del FMLN propone un alcalde pero tiene que ser reconocido por la comisión política en San Salvador. Ese tipo de defectos todavía existe desde el tiempo de la lucha armada y creo que eso perjudica muchísimo a la lucha política.

María: – Muchísimo.


La Comisión Política del FMLN. FOTO: VLADIMIR CHAMORRO.


DE: La democratización es un nuevo momento político que no tiene las armas pero que el enemigo puede estar en la esquina o en la montaña.

María: – Tienes toda la razón, yo afirmo, desde la experiencia misma, que las armas pueden darte el poder, pueden hacer llegar a un grupo al poder. Pero desde las armas no se construye democracia porque las armas mismas son un elemento de poder que imponen una relación hegemonica, de sometimiento hacia los que no tienen armas.

– De lo que se trata aquí es de hacer pactos, de pensar que el pueblo es una realidad, no una abstracción y no podemos erigirnos como representantes del pueblo sino que es el pueblo quien tendrá que elegirnos, es la gente común y corriente, con estas personas tendremos que aprender a construir y acordar acciones colectivas. .

– Creo que esa es una gran lección que aprendieron las FARC ahora, la negociación ha sido muy difícil para ellos, y los hombres y mujeres que han estado ahí seguro aprendieron a negociar. El gran secreto es aprender a negociar, a ceder para llegar a puntos de común acuerdo que nos puedan ir conduciendo, paulatinamente, a las transformaciones que deseamos. Las transformaciones no se hacen de un día para el otro, se nos ha pasado la vida pensando que se hacen de un día para otro pero no, van avanzando poco a poco.

– Alguna gente opina que hemos perdido la guerra. No, no todo está perdido, tenemos avances, lo que está sucediendo ahora era un impensable cuando el gobierno de Uribe, por ejemplo. Es mucho lo que nos toca hacer juntos. Pero el momento que viene es el de los movimientos sociales. 


Rueda de prensa: segunda audiencia de Subcomisión de Género en La Habana

 


El puente entre los Movimientos Sociales y la Farc

DE: Hablando de los movimientos sociales, diferentes de los que han llegado a la Habana. Tú hablabas de que la FARC en su transformación política, organizativa en un futuro tiene que de una u otra forma entablar esas alianzas con los movimientos sociales. Ha llegado grupos de LGTB, mujeres, indígenas de Cauca, campesinos, y se han sentado, han hablado, se han comunicado y pequeños programitas se han abierto. Te cuento una cosa personal; en el año 2005 cuando estuve en el campamento de Raúl Reyes conversaba con él afuera de la entrevista y pregunté ¿“hay entrada a las Farc también para los homosexuales”? Pero Raúl decía rápidamente: ¡“No, no, no”! Pero ahora, diez años después, se ha abierto un nuevo horizonte, conversaciones, que eran increíbles hace algunos años.

María: – En la Habana se han recibido delegaciones, tantas y múltiples que están aprendiendo a escuchar. A escuchar qué dicen otros porque a veces hay falsas ideas sobre lo que es el país. A veces los intermediarios también inflan mucho la realidad sobre la simpatía que hay en el país hacia la insurgencia, ahora ellos han estado escuchando diversas versiones.

– Desde los años ´90 hemos hecho un gran esfuerzo por no considerar enemigos absolutos, sino pensar que hay gente con la que podemos estar en desacuerdo en algunos puntos pero que podemos llegar a algún acuerdo en otros. Considerar las contradicciones y no los enemigos absolutos, pienso que esa es una de las transformaciones de la gente que ha estado en armas. No ver el mundo en blanco y negro sino ver los matices y podernos acercar a los procesos de transformaciones más lentos. Pasar de creer en las revoluciones inmediatas a ser quizás reformistas. Reformando poco a poco, irnos transformando poco a poco. Tengo confianza en estos acuerdos, tan importantes para el país, y sigo esperando que el gobierno haga públicas las negociaciones con el ELN y se llegue a acuerdos más temprano que tarde porque si quedan por fuera de este tiempo de acuerdos, va a ser más difícil para ellos hacer política desde las armas, va a ser muy difícil.

DE: Claro.

María: – No digo un no absoluto al Derecho a la Rebelión, pero será muy difícil. Muy difícil para todos porque son las demandas de los movimientos sociales, las luchas por los derechos y bueno, la utilización de todas las herramientas que tenemos actualmente en materia de constitución y de derechos las que nos van a dar la pauta para la acción sabiendo que vienen tiempos muy complejos.

DE: Si claro, como efectivamente el gobierno ha dejado atrás al ELN en el proceso.

María: – Si.


María Eugenia con una amiga.


DE: Tratándolo de forma muy humillante como siempre han hecho y ponen cualquier obstáculo o pretexto para iniciar el proceso con ELN. Ahora también, claro, la preocupación que no se va a repetir el proceso, el genocidio de la UP y la CUT, los diferentes movimientos sociales que tú también con toda la razón has enumerado. Ahora, la vida de María Eugenia hoy, ¿cómo es?

María: – Sigo siendo una activista, digamos que siempre hago política desde la acción social y la movilización social. Soy una activista de paz, activista por los derechos de las mujeres, tengo una opción por lo popular, definitivamente. Sigo trabajando con sectores populares y mi labor es pedagógica, entonces, siempre estamos trabajando en forma de procesos. De procesos de cambio, tratamos de alentar esos procesos para que las mujeres sean actoras fundamentales, no solo en la construcción de paz sino en las decisiones sobre la paz.

DE: Si.

María: – Esa es mi tarea de ahora, estamos trabajando por el fortalecimiento de las mujeres como actoras fundamentales en las decisiones que vienen en adelante en materia de paz.

DE: ¿Y esas tareas son bastante grandes, no?

María: – Me llevará lo poco que queda por vivir, ya nos hicimos viejas en esto.

DE: María, te agradezco enormemente por esta entrevista y has aportado también tu granito de arena para que este proceso ojalá llegue a un fin feliz, exitoso.

María: – Si, nos vamos a empeñar, sé que tengo mucho por hacer y lo seguiremos haciendo en colectivo, Dick, hasta dónde nos den las fuerzas.