- Pero les va a costar sindicalistas asesinados por el Terrorismo de Estado
CENTROAMÉRICA / 071121 / Es un excelente documento, “Carta a los congresistas norteamericanos”, del conjunto del movimiento sindical colombiano que recoge la realidad colombiana para el movimiento sindical colombiano y que desnuda las mentiras y campañas de cortinas de humo de Uribe hacia el congreso norteamericano.
Subraya el documento, que los derechos de asociación y de negociación colectiva se resume en convenios colectivos para la suma impresionante de 60.000 trabajadores en un país donde la población económicamente activa llega a 20 millones de personas.
La estabilidad laboral es un gran chiste y hoy son menos de diez por ciento de los trabajadores que gozan de ese derecho humano-sindical. En su lugar reina la “flexibilidad laboral” donde terceristas, en la boca del presidente son llamadas “Cooperativas de Trabajo Asociado, CTA”, donde el trabajador no tiene ni siquiera seguro social.
La impunidad de la orgía de masacres a sindicalistas en el país sigue alrededor 99% y los hostigamientos por parte de los organismos de seguridad (ese organismo bajo su jefe Jorge Noguera/DAS que daba listas a los escuadrones de la muerte de sindicalistas que serian asesinados) han aumentado.
El tiro de gracia que da el documento de las centrales obreras acerca el argumento de Uribe que con él se acabó la el paramilitarismo y “parapolitica”, es contundente. Y desnuda a Uribe y toda la campaña internacional que ha hecho el vicepresidente Francisco Santos en el exterior, citando la realidad publicada en el mismo diario El Tiempo del vicepresidente. Los “parapoliticos” de Uribe, encarcelados o bajo la lupa de Corte Suprema de Justicia muestran que sus partidos “Uribistas” en Colombia en casi todos los casos aumentaron su influencia en las ultimas elecciones regionales y municipales. Es una muestra que los paramilitares siguen reinando en las regiones con las fuerzas militares.
Colombia es el paraíso para los inversionistas extranjeros y locales que posee de mucho capital, en donde las ganancias de las grandes corporaciones, sobre todo el sector especulativo financiero, baten récord y tienen sus mejores días. Uribe, lo primero que hizo cuando asumió la presidencia 2002, fue quitar las conquistas sociales de la clase trabajadora como horas extras, la jornada de trabajo (que ahora termina a las 22.00 horas), facilitando para los patronos de colocar sus trabajadores en la calle sin que un “estado burocrático se mete en asuntos del patrón”, como los trabajadores fueran unas propiedades de él.
Y ahí esta Uribe con sus "sindicalistas" amarillos, comprados y corruptos, dándole al terrateniente de Antioquia un aval "obrero" apoyando el proyecto vendepatria TLC.
Ojala que las centrales logran convencer a los congresistas norteamericanos.
Pero les va a costar por lo menos diez sindicalistas, diez sindicalistas asesinados por un Estado Terrorista.
Dick Emanuelsson
Carta a los congresistas norteamericanos
Por Carlos A. Rodríguez Díaz, Julio Roberto Gómez E., Apecides Alvis Fernández y Jesús Ernesto Mendoza (*)
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Rebanadas de Realidad - CUT-CGT-CTC-CPC, Bogotá, 19/11/07.-
Bogotá, 19 de noviembre de 2007 |
CONGRESO NACIONAL DE |
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA |
Washington Respetados senadores y Representantes: |
En el marco de las discusiones que ha generado el proceso de ratificación por los respectivos Congresos del Tratado de Libre Comercio suscrito entre los gobiernos colombiano y estadounidense, la administración de Álvaro Uribe Vélez ha difundido entre los círculos gubernamentales de los Estados Unidos la idea de que el movimiento sindical colombiano está dividido y que un sector "mayoritario" apoya el TLC. En este documento les demostraremos que esa idea no corresponde a la realidad del movimiento sindical colombiano.
1. La Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Confederación General del Trabajo, CGT, la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, y la Confederación de Pensionados de Colombia, CPC, representan a los sindicatos de todo el país, provenientes de los sectores públicos y privado y de todas las ramas de la economía nacional. Estas tres centrales sindicales y la CPC, representan la amplia mayoría de los trabajadores organizados en nuestro país y actúan en todo momento en forma unificada frente a cada uno de los problemas y los temas centrales de nuestra vida nacional.
Las Centrales tienen incluso espacios de coordinación y acción conjunta como el Comando Nacional Unitario y la Gran Coalición Democrática desde donde se trazan las orientaciones principales para la militancia sindical en todo el país.
2. La posición oficial de las Centrales Sindicales colombianas y la CPC frente al Tratado de Libre Comercio es de total oposición, como se ha difundido en innumerables documentos desde el mismo momento en que se iniciaron las negociaciones en mayo de 2004 en la ciudad de Cartagena.
Los argumentos que tenemos los trabajadores para rechazar este acuerdo comercial son muchos y sólidos; pero el principal de ellos, es que la enorme asimetría existente entre las economías de Colombia y Estados Unidos no permite un intercambio comercial equilibrado, previéndose que con la desaparición de los aranceles y la eliminación de requisitos para las inversiones nuestro mercado sea fácilmente inundado de productos y servicios norteamericanos.
Lo anterior, traerá como consecuencia el cierre de empresas nacionales, la liquidación definitiva de nuestra producción agropecuaria que no podrá competir con los productos agrícolas norteamericanos altamente subsidiados, el aumento de la tasa de desempleo, el incremento de la pobreza tanto en las ciudades como en el campo, y el peligro de que con el aumento de la pobreza los campesinos se dediquen a los cultivos ilícitos como única forma de subsistir.
3. El Gobierno Nacional y los empresarios siguen impulsando mecanismo de intermediación laboral como las Cooperativas de Trabajo Asociado, CTA y otras formas deslaboralizadas de contratación, incluso de naturaleza civil, que desconoce o restringe los derechos laborales y sindicales de los trabajadores, violando los convenios internacionales de la OIT y el Acuerdo Tripartito firmado con las centrales sindicales de Colombia.
4. En Colombia a los trabajadores se les violan sus derechos laborales y sindicales, por varias razones:
4.1 El Gobierno nacional y los empleadores vienen aplicando de manera sistemática una política antisindical expresada a través de la profundización de la flexibilización laboral, las privatizaciones de las empresas del Estado, el despido masivo de trabajadores sin justa causa y con el aval del Ministerio de la Protección Social; el desconocimiento a los derechos de asociación y de negociación colectiva. Durante el año 2006, solo se beneficiaron un poco más de 60 mil trabajadores, de la negociación colectiva, de una población económicamente activa de 20 millones.
El objetivo de esta política es continuar debilitando al movimiento sindical, violando la Constitución Nacional, los convenios internacionales de la OTI, ratificados por el país y el Acuerdo Tripartito firmado durante la Conferencia de la OIT, del año 2006.
4.2 Hay una clara persecución contra el movimiento sindical, que se manifiesta en los asesinatos de dirigentes y activistas. Este año han sido asesinados un total de 31 sindicalistas y en los últimos veinte años la cifra llega a 2.535 asesinados. Aunque el promedio de asesinatos por año ha tenido un leve descenso en relación con las épocas más duras de los años 90, han aumentado ostensiblemente las formas de intimidación como amenazas de muerte a los sindicalistas y a sus familiares, lo que hace que las circunstancias de inseguridad para ejercer la actividad sindical se mantengan en los altos límites de riesgo de los últimos quince años.
4.3 Pese a los acuerdos del gobierno con los grupos paramilitares en el marco de la llamada "Ley de justicia y paz", tales grupos continúan activos, en algunos casos bajo otras denominaciones como la de "Águilas negras", y en muchos casos los propios reinsertados han retornado a las actividades delincuenciales, bajo la dirección de sus mismos jefes que, pese a estar en la cárcel, siguen dando las órdenes para la ejecución de delitos.
Una muestra clara de la supervivencia de los grupos paramilitares y de su influencia en la actividad política de este país, lo que se conoce con el nombre de parapolítica, es el análisis que el diario "El Tiempo", el más influyente de Colombia, hace al día siguiente de realizadas las elecciones regionales en las que los colombianos elegimos a los mandatarios de los departamentos (gobernadores) y de los municipios (alcaldes) y los cuerpos colegiados de esos mismos niveles administrativos (asambleas departamentales, concejos municipales y juntas administradoras locales).
Dice "El Tiempo" en un artículo del día 29 de octubre titulado "Los partidos hicieron cuentas alegres": "(…) como contraste, los partidos afectados por el escándalo de la parapolítica aumentaron sus zonas de influencia. Solo Colombia Viva obtuvo un resultado negativo (…) Convergencia Ciudadana, por ejemplo, perdió en Santander, su cuna, pero ganó la gobernación del Amazonas, un importante corredor fronterizo, y casi gana la Alcaldía de Leticia. Pero el resultado más sorprendente de este partido es que pasó de 21 alcaldías que había ganado en
En el caso de Colombia democrática, de Mario Uribe y Álvaro García, pasó de
En cuanto al también polémico Apertura Liberal, aumentó su participación en el poder local de una manera sorpresiva e interesante: de
4.4 La impunidad en torno a los asesinatos de sindicalistas se ha mantenido en los mismos altos niveles de siempre, es decir, más allá del 99%, de los casos no han tenido sentencias condenatorias de sus autores. Sólo a partir de las exigencias de resultados en este aspecto que han sido formuladas por destacados congresistas norteamericanos al gobierno colombiano, como requisito para considerar la posibilidad de ratificar el TLC, la administración Uribe hizo leves movimientos y designó unos fiscales especiales.
4.5 El programa de protección a los dirigentes sindicales que el gobierno desarrolla desde hace varios años sigue teniendo problemas.
4.6 La oficina de la OIT, que fue restablecida en Colombia para que le hiciera seguimiento a las denuncias del movimiento sindical sobre violación permanente de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores colombianos no cuenta con el apoyo necesario en materia económica, ni en designación del suficiente número de funcionarios que atiendan el enorme número de denuncias de los trabajadores.
5. La legislación colombiana es incompleta en lo relativo al cumplimiento de los convenios de la OIT, tal como lo reseñamos de nuevo en el último informe enviado a la reunión de la Comisión de Administración que se realizará el 15 y 16 de noviembre de 2007.
Pero, además, el gobierno colombiano ha continuado expidiendo normas que violan ostensiblemente principios establecidos en los Convenios Internacionales que el país ha suscrito, como sucede en el caso de una reciente resolución del Ministerio de Protección Social (que se encarga delo asuntos del desaparecido Ministerio de Trabajo), la No. 1651 de mayo 24 de 2007, que impone una serie de requisitos a las organizaciones sindicales, adicionales a los ya existentes, para lograr el llamado registro sindical, que constituyen una restricción a la libertad de asociación consagrada en el Convenio No. 87 de la OIT, ratificado por Colombia.
6. Dentro de su estrategia encaminada a lograr la ratificación del TLC, en los últimos meses el gobierno colombiano ha financiado el viaje de pequeñas delegaciones de ciudadanos colombianos a Washington para que hagan lobby ante los congresistas norteamericanos, presentándolos como si representaran el sentir del pueblo colombiano. Dentro de esas delegaciones se ha presentado a un grupo de sindicalistas y "asesores sindicales" que exponen posiciones favorables al TLC Colombia-EE.UU. Frente a este hecho debemos decir que esas delegaciones no representan al movimiento sindical colombiano, sino a un ínfima parte de este; las organizaciones allí representadas no constituyen ni siquiera el 0,1% de los sindicatos y los trabajadores que afilian no pasan de una docena y son sólo cerca de 15.000 afiliados.
Por tanto, pueden hablar por ellos mismos y no por el conjunto del sindicalismo colombiano, que, como lo hemos expresado en esta comunicación, ratificamos nuestra postura de rechazo al TLC y pedimos al Congreso norteamericano que no sea ratificado, por los puntos que hemos expuesto aquí en forma muy sucinta.
De los Honorables Congresistas y Senadores, con todo respeto.
(*) Presidente de la CUT, Secretario General de la CGT, Presidente de la CTC y Presidente CPC.
El presente material se publica en Rebanadas por gentileza de la Presidencia de la CUT, Colombia.